sábado, 20 de mayo de 2017

La Conquista de Mexico

La conquista de América es uno de los acontecimientos más sustanciosos que se pueden relatar. En este sentido podemos subrayar la gama de opiniones que surgen, entre ellas las críticas tanto positivas y negativas sobre el acontecimiento. La conquista de México no es la excepción a este y a otros casos. Puesto que a pesar de ser una conquista desorganizada, en efecto no muy bien planificada, debemos subrayar que los que asumieron la conquista utilizaron su astucia. Hablamos pues de Hernán Cortés y su empresa conquistadora.

Presentaremos,  a continuación, los detalles sobre la conquista de México dividiendo esta sencilla explicación en tres etapas. En primer lugar, comentaremos algunos detalles de los antecedentes de la Conquista. En segundo lugar, detallamos lo sucedido y los detalles complementarios durante la conquista. Por último, presentaremos breves detalles de la Etapa Posterior a ella.


Antecedentes

Bernal Díaz vino a las Indias en 1514 con Pedro Arias de Ávila, juntos con otros compañeros decidió pasar a Cuba, recién conquistada por Diego Velásquez, teniente y almirante de la isla. Transcurrieron tres años y como no había hecho nada para su provecho, junto con cientos diez compañeros se puso de acuerdo para que fuera su capitán un hidalgo de influencia y dinero llamado Francisco Hernández de Córdoba, con objeto de buscar tierras nuevas; compraron dos barcos de buen porte y pusieron en conocimiento de Velásquez el proyecto.

El día 8 de febrero de 1517 salieron de Axaruco, doblaron la punta de San Antón y entraron en alta mar, navegando en dirección a donde pone el sol. Fueron sorprendidos por una tempestad que duró dos días y los puso en gran riesgo de naufragar. La mar se calmó y 21 días después de haber zarpado, avistaron tierra. Era el 4 de marzo. A medida que se aproximaban a las costas, vieron una gran población, como antes no la habían visto ni en Cuba ni en la Española (Santo Domingo).

En ésta costas se encontraron muchos indígenas a los cuales, por medio de señas, invitaron a subir a bordo de la nave. Veían con curiosidad todo lo que había en cubierta. Al día siguiente estos indios le decían a los españoles Cones-cotoche, cones-cotoche que en su lengua significaba venid a nuestras casas, por lo que los expedicionarios pusieron por nombre a ese lugar Punta de Catoche. Los españoles, confiados por las demostraciones de paz, desembarcaron en las chalupas grandes, y en las canoas indígenas, pero armados, presto a defenderse.

Después llegaron frente a un poblado que parecía de importancia, cerca de una bahía y de una ensenada, en donde encontraron un arroyo en la que se suplieron  de agua. Era el domingo de San Lázaro y por eso nombraron así al pueblo. Después nombraron otro pueblo con el nombre de La Mala Pelea, lo llamaron así por un combate que los españoles perdieron en estas tierras.

Al llegar al puerto de Carenas, en la Habana donde escribieron a diego Velásquez, dándole cuenta de sus descubrimientos, exploraciones y peripecias del viaje y haciéndole notar que los indígenas de aquellas tierras tenían oro.
El gobernador Velásquez con gran interés preguntó a dos indios Mayas, secuestrados por los españoles, como se llamaba su tierra y si había oro en ella. A la primera pregunta contestaron diciendo Uy-yuca-tal, por lo que a partir de entonces se le nombró Yucatán; pero al responder la segunda pregunta lo engañaron al decir que en la Punta de Catoche había minas de oro.

Velásquez se apresuró a escribir una carta detallada a su protector, don Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos y presidente del Real Consejo de Indias, dándole cuenta de los descubrimientos y apropiándose todo  el mérito, sin citar para nada los esfuerzos, gastos y graves riesgos de los expedicionarios. En marzo de 1518 salen los barcos del puerto de Matanza, al mando del capitán Juan Grijalva. Velásquez dio la disposición de que no sólo se obtuviese el oro y la plata, sino que también viese la posibilidad de fundar algunas poblaciones.

El 5 de abril llegaron por el sur a la isla de Cozumel, que llamaron Santa Cruz por estar cerca esa fecha religiosa. Después pasaron frente a un pueblo llamado Ayagualulco, en donde habían muchos indígenas, éste pueblo fue denominado por los españoles La Rambla. Después descubrieron un rio llamado por los indígenas Tonalá y los españoles lo bautizaron como el rio de San Antonio.

Atormentados porque se les estaba acabando las provisiones y las comidas deciden enviar a Cuba al capitán Pedro de Alvarado para informar al gobernador Velásquez y para que le pidiese que mandara refuerzo. Alvarado dio cuenta y razón a Velásquez, muy detallados, de todos los incidentes de la expedición, el gobernador y las gentes que con él estaban, quedaron maravillados de ese gran tesoro y de las noticias sobre el descubrimiento de tan ricas tierras. Hubo en la Habana ocho días de fiesta, de gran regocijo. La noticia llegó a todas las islas y hasta Castilla.

Velásquez consiguió el nombramiento y la autorización para llevar a cabo las empresas que pretendía. Mientras que regresaba su capellán, tomó providencia para mandar a las costas mexicanas una nueva expedición.
           
Conquista de México

Después de dos exploraciones a las costas de México, en 1519 Diego Velásquez, gobernador de Cuba envía a Hernán (Hernando) Cortés (1485-1547) con intención de que ejecutara la conquista de estas nuevas tierras. Zarpó Cortés con éste fin, 700 hombre (600, según “Historia General de México, versión 2000), 16 caballos, 10 cañones y 13 mosquetes en 11 barcos.

A su llegada a estas nuevas tierras, como primer paso intentó legalizar su situación a través de un cabildo, así, creando la Villa Rica de Vera Cruz. Las legitimaciones que recibió le permitieron ciertas libertades y el titulo de capitán general y justicia mayor.

Los actos de Cortés, la diversidad de intereses entre aquel grupo heterogéneo que le acompañaba y el miedo a perder la vida, hicieron que una buena parte de aquellos hombres quisiesen dejar aquella empresa. Ante esto Cortés reaccionó astutamente; después de enviar a el rey de Castilla un barco con oro, hizo hundir el resto de las naves (no quemarlas).

Ya imposibilitada la retira, el siguiente paso fue pactar con distintos estados, los cuales en un intento de soberanía se unieron a Cortés. El primero, y uno de los más importantes fue Zempoala, un pequeño señorío “totonaco” por lengua y tradición “nahuatizada” por influencia o tradición cultural. Mediante avanzaba Cortés, los estados que iba encontrando tenían dos opciones, unírsele o resistirle (debido a que la estructura subjetiva de aquello pueblos no les permitía concebir su vidas fueras del calpulli).

Es comprensible porque algunos estados resistían la invasión Española, pero nos podemos preguntar ¿por qué se le unieron otros? En principio la conquista Española consistía en la sumisión a un rey imaginario (el rey de Castilla), el apoyo militar y algunos tributos en oro y provisiones. Esto no resultaba un cambio considerable a la situación que, ya vivían en mano de otros estados vecinos.

La conquista de Mesoamérica se basó  en las rencillas de los distintos estados: en algunos lugares (a la llegada de los españoles) se expulsó del poder, a los conquistadores Mexicas, sustituyéndoles  por nativos; en otros se aprovechó la enemistad de algunos estados, para seguir la expansión.

En noviembre del 1519, Monteczuma (hueytlahtoani de México Tenochtitlan), permitió a los españoles instalarse en su propia ciudad, en lo que parecía un movimiento diplomático. No se sabe si fue audacia o desconfianza, pero Cortés hábilmente capturó a Monteczuma como rehén, el cual fue repudiado por sus súbditos y remplazado del poder.

En una breve ausencia de Cortés (que se trasladó con parte de sus hombres a la Vera Cruz para derrotar a un ejército que el indignado gobernador de Cuba había enviado para detenerlo), se produce una rebelión en Tenochtitlan, a raíz de la acometida de Pedro de Alvarado súbitamente a los aztecas durante la gran fiesta de Tóxcatl, esto dio origen a la primera guerra de gran escala que los europeos sostuvieron en América. Su primer episodio fue la “noche triste”, como se recordó a la aparatosa huida del ejército español (30 de junio    1520).

De julio de 1520 a agosto de 1521 la guerra de la conquista de México, una de las grandes epopeyas militares de la historia, consistió básicamente en el sitio de la ciudad hasta que, materialmente destruida, se rindió por hambre y enfermedad (la viruela, llevada por los conquistadores). Formalmente los españoles vencen con la captura de Cuauhtemoc, jefe de la resistencia y último Huytlatoani. Esto gracias a la ayuda de los Tenochtitlan. Para ello, Cortés concentró a más de 80.000 tlaxcaltecas y reforzó sus propias tropas con la llegada de otras varias expediciones a Veracruz.

La Nueva España

A poco de consumada la Conquista de Tenochtitlán, el territorio adquirió una definición geográfica: la Nueva España, denominación que sería luego aplicada políticamente al reino o gobierno en el centro de México y también el virreinato, con  una jurisdicción mayor que abarcó a otras.

La colonización se inició con el establecimiento de villas o ciudades, y a la par se constituyó un aparato de sujeción y gobierno. En las capitulaciones quedaron las primeras normas: al jefe de la expedición correspondía fundar ciudades en determinado tiempo y se le facultaba para repartir tierras y solares. Al respecto no habría una legislación general sino hasta 1573.

Como justificación a la conquista material que se estaba llevando a cabo en las tierras recién descubiertas, fue imprescindible para la Corona la ayuda y participación de órdenes religiosas que se dedicaran a enseñar a los indígenas la religión católica. Amparados bajo la idea de que los indios eran semisalvajes e idólatras, los conquistadores encontraron en la evangelización el pretexto para intervenir en sus vidas e imponer la cultura española.

El mal manejo de Cortés en las actividades comerciales y económicas, y el mal manejo y uso de gobierno en manos de Cortés fue uno de los principales motivos que causaron un nuevo gobierno. El descuido por el Rey, en ese entonces Carlos V, en la Nueva España generaron muchas dudas y descontentos de la gente para que se formara un gobierno institucionalizado. Carlos V organizó una forma de gobierno virreinal, él como jefe supremo de la Nueva España.

El fin de este gobierno fue: guardar el orden en la Nueva España, evitar revueltas de los grupos indígenas, controlar el comercio hacia España, establecer leyes para controlar el estilo de vida y el mercado en este territorio. El Virrey debía desarrollar múltiples cargos como por ejemplo; Gobernador, vice-patrono de la Iglesia, Superintendente de la Real Hacienda, Capitán General y Presidente de la Real Audiencia de México.

La época Virreinal se puede decir que causó mucho desarrollo en la Nueva España, pero también oprimió al pueblo común. Este sistema causó la separación de clases sociales, dejando una muy alta y extrema pobreza. El racismo hacia las diferentes razas indígenas jugó un gran papel en la limitación de sociales. Esto creó el caciquismo en las tierras y también creó la Burguesía en la Nueva España. Como consecuencia de esto vino la injusticia en la repartición de las tierras, la indiferencia en las clases sociales e injusticia en el reparto de impuestos.

Aunque se sabe que hubo actividad inquisitorial en México casi desde la llegada de los conquistadores, no es sino hasta 1571 cuando se establece el Tribunal del Santo Oficio de manera formal.  El obispo, fray Juan de Zumárraga es considerado el primer inquisidor de la Nueva España, pues obtuvo ese nombramiento en 1535, mas como no existía propiamente el Tribunal, su cargo fue  sólo nominal.  Muchos casos de persecución.

La Corona sujetó de manera estricta a la Iglesia, quizá más que cualquier otra monarquía europea, ya que bajo el Patronato Real la hizo otra rama del gobierno, otro medio eficiente de control político sobre los gobernados. En el contexto de la época, la Iglesia hispanoamericana quedó ligada a Roma a través de tenues lazos, dentro de la órbita del Consejo de Indias y no del papado romano. Sin embargo, fue una institución poderosa en la Nueva España. Gozó de fuero especial y conformaría uno de los sectores conservadores de México.
Su fuerza fue evidente en lo espiritual pero también en lo material; su poder se extiende en asuntos de justicia y gobierno, y domina los ámbitos ideológico, político, económico y social de la época; en sus manos quedan la mayor parte de la educación e importantes ramos de la economía.

La iglesia jugó un gran papel en esta época, como mediador y represor de la gente, esta llevaba a cabo el papel de mantener a la gente con ideales que al gobierno le convenía. También, la Iglesia sirvió como forma para recaudar impuestos para el gobierno con formas de implementar miedo y oprimiendo al pueblo. Toda esta serie de eventos fue lo que creó las bases para lo que después fue la independencia de México.

Además de la Iglesia, hubo otras instituciones coloniales que se arraigaron en el XVI y que estuvieron íntimamente ligadas a la evangelización, a  la tierra,  al trabajo indígena y a la justicia. La primera a considerar es la encomienda, que no implicó la propiedad agraria, sino sólo su posesión y el derecho a recibir tributo en especie y/o trabajo de los indios, a los cuales los españoles debían adoctrinar. No obstante, la tierra pudo ser poseída a título personal mediante merced real, aunque su extensión debía ser moderada.

Hay que destacar que, tras el brusco descenso demográfico de los indígenas y el beneficio legal que obtuvieron éstos de la Corona, se requirió mayor mano de obra; así se introdujo a los negros a la Nueva España en mayor cantidad y éstos fueron traídos como esclavos para sustituir el trabajo forzoso de los indígenas.

Por ende, su llegada a América se significó como una constante entre los siglos XVI y XVII. La política esclavista de la Corona garantizó la tenencia y explotación de negros en beneficio de sus amos; en la concepción social de la época poseerlos era un sinónimo de prestigio.

Los españoles penetraron en las regiones con sus ganados e hicieron nuevos caminos, desviaron el curso de los ríos y  explotaron los bosques. Su economía y las relaciones de producción consecuentes de ella modificaron la forma de propiedad territorial y de organización socioeconómica originales. De acuerdo a los grados de desarrollo económico, para los españoles el concepto de dominio agrario era distinto del de los indígenas: tendía al individualismo y al acaparamiento por su afán de riqueza y poder; en cambio, para los indígenas de regiones densamente pobladas, la tierra era la base esencial de su existencia y trataron de preservar el régimen de propiedad comunal.

La Conquista de México es, en efecto, una de las conquistas más importantes del Nuevo Mundo. Esto porque conllevó la disminución indígena azteca que fue una de las civilizaciones indígenas más sobresalientes del Nuevo Mundo. Es la astucia de Hernán Cortés, motivada por su afán de poder y riquezas, la que lleva a España, una vez más a tocar nuevas tierras.

BIBLIOGRAFÍA.
*Orozco, Fernando. (1988). La Conquista de México. México. Editorial Panorama
*Vasconcelos, José. (1965). Breve Historia de México. México D.F. Edicion
Contemporánea.
*Montenegro, Augusto. Historia de America. Editorial Norma.
*Centro de Estudios Histórico. Historia General de México. México. El colegio de México
*Lopez de Gomara, Francisco. Historia de la Conquista de México. Venezuela. Biblioteca Ayacucho

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