viernes, 19 de mayo de 2017

Evangelización en América Latina

Conquista y Colonia

En los primeros tiempos la evangelización fue realizada principalmente por órdenes religiosas, con el apoyo de la corona española, en virtud del patronato. Ello favoreció la rápida difusión de los centros evangelizadores pero al mismo tiempo, limitó la libertad de la iglesia. Así, desde el principio, la acción de la iglesia avanza “en la dialéctica múltiple y contradictoria de evangelización y conquista, fraternidad dominación, incluso esclavitud”.

En 1495 los reyes Católicos ordenaron que pasasen misioneros a las tierras descubiertas. La isla española fue el sitio donde Dominicos, Franciscanos y Mercedarios, ensayaron el modo más apropiado para desempeñar debidamente su misión, comenzaron por catequizar niños y luego a los adultos. En 1502 comenzaron a edificar iglesias en Santo Domingo, dando alas al celo apostólico y, acompañados de algunos sacerdotes del clero secular. Los primeros evangelizadores, no limitaron su actividad a las zonas más accesibles o a las habitadas por los españoles. En su empeño de evangelizar los pueblos autóctonos, se expandieron por distintos lugares.


El Patronato

Cuando apenas España sabía de las Antillas y no había hecho pie en tierra firme, se plantaron a la iglesia todos los problemas básicos. Ante todo, el Patronato Regio. El Papa Julio II resistió tal concesión, pero ante la presión de no poder constituir la jerarquía eclesiástica en el nuevo mundo, tuvo que ceder en la Bula Universales Eccleciae de 1508. Lo que entonces era unas islitas, se proyectó sobre el nacimiento de América Latina prologó con el patronato republicano y en algunos países casi hasta nuestros días. El papado no tendrá relaciones directa con la iglesia hasta después de consumada la independencia.

Las Doctrinas

Estos se caracterizan por ser pequeños poblados que se formaban en torno de un rancho-capilla levantado por los misioneros, en el cual se agrupaban los nativos o los indígenas que iban aceptando la fe. Estas estaban a cargo de un doctrinero, que era el encargado de transmitirles los contenidos de fe a los aborígenes. Este fue el método inicial de evangelización utilizada por los misioneros Franciscanos.  

Las Encomiendas

Desde un comienzo de la colonización se utilizó el método de las encomiendas. Descubierto y conquistado un territorio, se confeccionaban los planos y se fundaba una aldea con el nombre de ciudad. Las inmediaciones se repartían entre los conquistadores, siendo una de las principales obligaciones cuidar, defender y catequizar a los indios de su territorio.
           
Las Leyes de Protección del Indio

Pronto se planteó también la relación de los indios y los conquistadores y colonos y el papel al respeto de la iglesia. La reina Isabel había considerado desde el comienzo a los indios libres y vasallos de la corona. Pero esto no había impedido la dura explotación de los indios por parte de los colonos. Así, estalla en 1511 el célebre sermón de Fray Montesino. Este integraba un grupo de Dominicos misioneros, muy influidos por Savonarola, y que había enviado Cayetano. El escándalo dio origen al primer intento de leyes de protección del indio. Y se proyectó pronto en la gran denuncia profética y nuevos planteos misioneros de Fray Bartolomé de las Casas. El cual en 1552 publicó su “Brevísima relación de la destrucción de las indias”, donde hace un espantoso y cargado relato de crueldad de los españoles que generan un holocausto sin fin de los indígenas.

Evangelización y Promoción Humana

La lucha concreta por reunir evangelización y promoción humana, tiene su arranque más importante en Vasco Quiroga con sus “pueblos hospitales” y colegios para indios inspirado en la utopía de Santo Tomas Moro en México. El pensamiento tomista consideraba que el hombre solo alcanzaba la posibilidad de su plenitud en la ciudad, en la polis. Había que “reducir” a los indios a la vida en población, que permitiera una promoción de vida que les asegurara una más completa compresión y realización de la vida evangélica. Había que sacarlo de su dispersión, reuniéndolos.

La dimensión religiosa de la cultura es de suma importancia para América Latina, porque según puebla, la evangelización originó nuestras nacionalidades, decidió su formación, fue factor constituyente, les dio el “radical substrato católico”, selló el alma de América Latina marcando su identidad histórica y constituyéndose en matriz cultural del continente.
                             
Nueva Evangelización

Juan Pablo II lanza un llamamiento para una “Nueva Evangelización” que no consiste en “reevangelizar”, como si nada se hubiera hecho antes o se hubiera evangelizado erróneamente; por habernos tocado el renacer en una nueva época de la historia de nuevas culturas, en la que, como sujetos históricos, los pueblos despiertan, la evangelización debe ser retomada con nuevo ardor, nuevos métodos y nueva expresión.

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