lunes, 26 de junio de 2017

La Postmodernidad


La postmodernidad surge a fines de éste siglo como un fenómeno socio cultural, a raíz de la crisis en que cayó la modernidad por el hecho, entre otros, de que la mayoría de sus destinatarios se sintieron defraudados en su gran mayoría. Hasta hace algunos años, las posturas antimodernas fueron patrimonio de individualidades atormentadas y desilusionadas, pero, hoy en día, el desencanto ha surgido como una creciente y generalizado espíritu de la época. Surge a partir del momento en que la humanidad empezó a tener conciencia de que ya no era válido el proyecto moderno.


Se crea la sensación de una inseguridad generalizada, una voluntad de distanciamiento de cierto tipo de pasado, o de rechazo de cierto tipo de vida y de conciencia, la sensación de discontinuidad sentida y sufrida en el curso común de la historia. Ahora es la nueva concepción de autorrealización, entendida ésta como búsqueda de la felicidad, donde el individuo se convierte en molde, huella, meta medida en que se configuran los valores, cuando bueno o malo no se relacionan en absoluto a medida externa, sino tienen como fuente su libertad, conciencia, sentimiento, sin restricciones.                      

Contexto: 
El postmodernismo surgió en el siglo XX. También las diversas corrientes de éste movimiento tienen su apogeo en éste mismo siglo. Pero es con Jean-François Lyotard en 1979 que popularizó el término de postmodernismo con su obra  “La Condición Postmoderna”, varios autores habían empleado el término con anterioridad. Es muy importante destacar que no deben confundirse los términos "Modernidad" y "Modernismo" con "Postmodernidad" y "Postmodernismo" respectivamente. "Modernidad" se refiere a un período histórico muy amplio que supone referirse a sus características políticas, sociales, económicas, etc. Así podríamos, por ejemplo, hablar de la civilización o cultura moderna en un sentido muy amplio y ese es el sentido que generalmente se le da en el ámbito de la filosofía política, la teoría sociológica y la teoría crítica. Siguiendo el mismo ejemplo, puede hablarse de la cultura postmoderna.

Tras el fin de La Guerra Fría como consecuencia de la caída del comunismo, teniendo como máximo símbolo la caída del muro de Berlín (1989), se hace evidente el fin de la era polar. Esto produce como consecuencia la cristalización de un nuevo paradigma global cuyo máximo exponente social, político y económico es la Globalización. El mundo postmoderno se puede diferenciar y dividir en dos grandes realidades: La realidad histórico-social, y la realidad socio-psicológica, que más adelante detallaremos.

Características: 

En el sentido cultural o de civilización podemos señalar que las tendencias postmodernas se han caracterizado por la dificultad de sus planteamientos, ya que no forman una corriente de pensamiento unificada. Sólo podemos indicar unas características comunes que son en realidad fuente de oposición frente a la cultura moderna o indican ciertas crisis de ésta. Por ejemplo la cultura moderna se caracterizaba pos su pretensión de progreso, es decir, se suponía que los diferentes progresos en las diversas áreas de la técnica y la cultura garantizaban un desarrollo lineal marcado siempre por la esperanza de que el futuro fuera mejor. Frente a ello, la postmodernidad plantea la ruptura de esa linealidad temporal marcada por la esperanza y el predominio de un tono emocional nostálgico o melancólico.


Igualmente, la modernidad planteaba la firmeza del proyecto de la Ilustración de la que se alimentaron, en grado variable, todas las corrientes políticas modernas, desde el liberalismo hasta el marxismo, nuestra definición actual de la democracia y los derechos humanos. La postmodernidad plantea posiciones que señalan que ese núcleo ilustrado ya no es funcional en un contexto multicultural; que la Ilustración, a pesar de sus aportaciones, tuvo un carácter etnocéntrico y autoritario-patriarcal basado en la primacía de la cultura europea y que, por ello, o bien no hay nada que rescatar de la Ilustración, o bien, aunque ello fuera posible, ya no sería deseable. Por ello, la filosofía postmoderna ha tenido como uno de sus principales aportes el desarrollo del multiculturalismo y los feminismos de la diferencia.

El mundo postmoderno se puede diferenciar y dividir en dos grandes realidades: La realidad histórico-social, y la realidad socio-psicológica. A continuación daremos sus características.

Características Histórico-Sociales 
1. En contraposición con la Modernidad, la Postmodernidad es la época del desencanto. Se renuncia a las utopías y a la idea de progreso.
2. Final de la Historia.
3. De Prometeo a Narciso.
4. Declive del imperio de la Razón.
5. Se produce un cambio en el orden económico capitalista, pasando de una economía de producción hacia una economía del consumo.
6. Desaparecen las grandes figuras carismáticas, y surgen infinidad de pequeños ídolos que duran hasta que surge algo más novedoso y atractivo.
7. La revaloración de la naturaleza y la defensa del medio ambiente se mezcla con la compulsión al consumo.
8. Los medios de masas y el mercadeo se convierten en centros de poder.
9. Se caracteriza por un consumo masificado tanto de objetos como de imágenes, una cultura hedonista que apunta a un confort generalizado y personalizado ofrecido por los imperios empresariales a través de las marcas.


Características Socio-Psicológicas 

1. Los individuos sólo quieren vivir el presente; el futuro y el pasado pierden importancia.
2. Hay una búsqueda de lo inmediato.
3. Proceso de pérdida de la personalidad individual. Individuo fragmentado
4. La única revolución que el individuo está dispuesto a llevar a cabo es la interior.
5. Se rinde culto al cuerpo y la liberación personal. Resurrección de la carne
6. Aparecen grandes cambios en torno a las diversas religiones. El retorno de Dios.
7. Desaparición de la valoración del esfuerzo.
8. De la tolerancia a la indiferencia.


Postmodernidad y Globalización

En cuando a la globalización, en la Postmodernidad, hay un avance de la tecnología que, en los países desarrollados, el tiempo había cambiado, hay transformaciones mayores que en toda la historia del género humano. A nivel industrial, por ejemplo, el saber, nos lleva a un ahorro en gastos, transporte y energía porque gracias a las nuevas tecnologías pasamos de una producción en serie a una densificada, llevándonos a la explosión de productos, servicios, personalidad, y semipersonalidades que originan productos miniaturizados, ahorrando el costo de almacenamiento y transporte.
          
Sin embargo debe significarse que resulta una simplificación extrema asociar el proceso de globalización exclusivamente con la actividad económica, ya que el mismo ejerce influencia en mayor o menor grado, en todas las esferas de la actividad humana y, por tanto, su caracterización reviste gran importancia, ya que permite establecer acciones conscientes que reduzcan los impactos negativos de su presencia.

Mientras que globalización procura dar cuenta de la novedad de un capitalismo que ha extendido sus límites hasta los confines del planeta, la posmodernidad pretende expresar el estilo cultural correspondiente a esa realidad que incumbe a todo el mundo. Nos damos cuenta que, la globalización relativiza todo lo que toca en su movimiento expansivo, mientras que la postmodernidad tiene su origen en la auto-conciencia de ese relativismo cultural.

Por lo tanto, estas dos palabras aluden a una cultura que se ha vuelto en extremo sensible a los lenguajes, a su radical contingencia e historicidad. Ahora son los lenguajes que la constituyen y le comunican lo que les interesa. Una versión más sociológica sostiene que la posmodernidad no sería otra cosa que una falsa conciencia del capitalismo globalizado; como un denso velo desplegado para encubrir el predominio del mercado universal y crear la ilusión de que diferentes estilos de consumo equival en a una pluralidad de formas de vida, que tiene un ligero parecido a lo que se dice de la globalización cuando se dice que ella escondería, sólo que de una manera más sutil, el predominio de una potencia imperial.

Postmodernidad y el Cambio Social

Un cambio que ha traído consigo éste período es una sociedad y cultura de consumo, seguido por los grandes cambios de la industrialización iniciados en la modernidad, y se convierte ahora en una propuesta que adquiere en sí misma cierta especificidad, pero siempre garantizada por los fenómenos sociales, concretizados en la actividad del ser humano. El consumo es uno de estos elementos fundamentales que componen las características de este fenómeno cultural. Algunos autores plantean casi como sinónimos  la sociedad posmoderna y  la sociedad de  consumo. Se habla de la “sociedad pos industrial” (Jameson), con  innovaciones en el consumo.

El consumo apoya directamente la actividad de las transformaciones de la realidad, en donde las imágenes y la fragmentación del tiempo han convertido la actividad del hombre actual, en una serie de presentes perpetuos , en donde la reflexión histórica de la vida, queda relegada al momento, por lo que aplicada a la sociedad de consumo, ésta promueve la actividad comercial, sin tener conciencia, en muchas ocasiones de la temporalidad de los objetos, sino que los crea para satisfacer necesidades, no siempre primarias sino pasajeras o momentáneas.

De ésta forma, el postmodernismo se apoya en tendencias de la cultura de consumo que favorecen la estilización de la vida, bajo el supuesto de que la vida estética es la vida éticamente buena y no hay una naturaleza humana o un verdadero yo, por lo que la meta de la vida es la búsqueda sin término de nuevas experiencias, valores y vocabularios. Por lo que los constantes cambios que provocan las marcas de consumo, en su propósito competitivo para establecer nuevas ideas y formas de consumo. Sin embargo, tenemos que ser conscientes que estos nuevos cambios que se dan en la cultura producen efectos con características que se identifican por su fascinación por lo popular, lo carnavalesco, lo salvaje, es decir, por la parte del impulso irracional como parte de los procesos de civilización actual.

El postmodernismo es el relajamiento de las ideologías duras que ya no entran, es un ambiente en donde las instituciones buscan la opción y la participación, donde papeles e identidades se confunden, donde el individuo es flotante y tolerante. Y estas características, las aprovecha claramente el ámbito del proceso mercantilista de las sociedades de libre comercio, especificadas claramente en la actividad comercial que ejercen las marcas de consumo; incluso podemos decir que el postmodernismo es un constante movimiento de ideas y sentimientos, que reducen al individuo en un objeto en constante devenir, en constante contradicción entre las ideas y sus propios actos , de forma tal, que el postmodernismo se presenta como un cambio claro de valores y perspectivas de los proyectos personales del ser humano y su relación con la alteridad.

En éste mismo sentido, el consumo participa de éste movimiento de la postmodernidad, y Lipovestky lo define como una estructura abierta y dinámica: desembaraza al individuo de los lazos de dependencia social y acelera los movimientos de asimilación y de rechazo, produce individuos flotantes y cinéticos, universaliza los modos de vida a la vez que permite un máximo de singularidad de los hombres.

El postmodernismo se ubica, por tanto, como un fenómeno cultural en donde el consumo tiene una participación importante dentro de sus características particulares, por lo que al analizarlas, el mismo fenómeno nos plantea una idea general de los principios que se manifiestan en nuestra cultura contemporánea, y que a través de las marcas de consumo se contribuye para establecer estilos de vida diferenciadas e inestables, involucrados en la dinámica de la competencia del mercado.
Distintos autores parecen coincidir  que estamos frente a un mundo veloz, caótico, de realidades parciales y subjetivas, con un escepticismo generalizado de la existencia y  con “raíces en movimiento”.

Estamos frente a una “Era del pos-deber”, según Lipovetsky. Una ética que proclama el derecho individual a la autonomía, a la felicidad y a la realización personal. Una ética con un compromiso débil, efímero, con valores que no interfieren con la libertad individual. El posmodernismo ha producido un cambio de mentalidad, un desencanto de la razón, un pluralismo, escepticismo, pensamiento débil y una secularización del mundo.

“Se observa un desplazamiento del universalismo y de las grandes historias de la modernidad, dando lugar a una multitud de “Pequeñas historias” heterogéneas y locales” (Lyotard). “No hay una historia única, hay imágenes del pasado propuestas desde diversos puntos de vista” (Vattimo).
“Nos enfrentamos a una sociedad de la comunicación generalizada” “Mass media”. “Una sociedad no más transparente o iluminada, sino más compleja y caótica” en opinión de Vattimo.


Hablamos de una cultura de “fugacidad inmediata” (Spokoiny), promotora de cambios de socialización y nuevas realidades virtuales. El autor sostiene que los constantes cambios  en los patrones del consumidor promueven una multiplicidad de ofertas. A su vez, se  privilegian los canales masivos e impersonales y redes tecnológicas, cambiando los patrones de asociación y socialización de los grupos humanos, las modalidades del trabajo y el entendimiento de una realidad virtual.

Movilización de la moda en los mercados masivos (virtudes de instantaneidad y de lo desechable y un desplazamiento del consumo de mercancías hacia el consumo de servicios.

“...Hay un modo en el que el posmodernismo replica o reproduce – refuerza- la lógica del capitalismo consumista, la cuestión más significante es si hay también un modo en el que se resiste a esa lógica” Jameson.

Postmodernismo en la República Dominicana

La realidad de la Postmodernidad se vive de dos manaras diferentes: en el mundo del centro (países desarrollados) y en el mundo de la periferia (países subdesarrollados); en nuestros país se vive una postmodernidad periférica. Sin embargo, una simultaneidad de modernidad y postmodernidad periférica.

Entre el comerciante moderno y el purista postmoderno hay una convivencia donde ambos coexisten. La cultura propia se valoriza, pero al mismo tiempo se aspira a un estilo de vida más cómodo, de dominio sobre la naturaleza y con ciertos servicios que permitan consumir los bienes de la industria moderna.

El autor afirma que en tiempo de Trujillo se creó una Cartilla Cívica, que nos daba los paradigmas de comportamiento que favorecían y fortalecían la dictadura t2rujillista y los valores de laboriosidad exentos de criticidad política. Hoy, sin embargo, no tenemos ni Cartilla ni nada que se le parezca; vivimos sumergidos en el mundo del sofisma: todo el mundo argumenta desde donde mejor le parece, absolutizando puntos extremadamente particulares.

Impacto en la Juventud Dominicana 
Político:
• Los jóvenes de hoy están mucho menos interesados por la política que los de los años ochenta y mucho menos que los de los años setenta.
• La mayoría de los jóvenes están de acuerdo con que la democracia es el mejor sistema político para un país, pero no dejan de expresar sus dudas en lo referente a su funcionamiento actual y la función de algunos de sus órganos básicos.
• Prefieren reformas sociales que revoluciones. No buscan gran moderación en los cambios sociales.
• La masa de los jóvenes han dejado de creer en el Estado por el inevitable mal ejemplo que han recibido de los gobiernos anteriores.

Económico:    
• La modernización ha tenido efectos muy agudos en la vida cotidiana de los pobres. La madre ha tenido que asumir el rol de jefa de la familia al padre frustrarse como proveedor económico y salir de su casa.
• Hay un deseo de disponer de mucho dinero para gastar, puro consumo. El dinero tiene un carácter instrumental y funcional. Se valoriza más como medio que como fin.
• El delirio consumista significa un claro acercamiento a patrones copiados de Estados Unidos, una tendencia hacia la norteamericanización.
• Aceptación de la economía capitalista: el neoliberalismo. Prefieren la economía basada en empresas privadas. Se considera que es lo más eficaz para nuestro país. Apoyo de las zonas francas y el turismo.
• En muy poca ocasiones el joven tiene acceso al sistema educativo, tiene que empezar a trabajar antes de tiempo. Hay un incremento de la juventud que está emigrando hacia los Estados Unidos y Europa por razones de trabajo.

Social:
• Desde hace varios años, pero con intensidad creciente, están saliendo de la universidades profesionales conformistas, acríticos, apegados al orden social, superficialmente dotados de conocimientos, pero inhabilitados para jugar un papel creativo en la vida nacional.
• En 1985 por cada dos matrimonios realizados en el año se produjo un divorcio.
• El déficit de la identidad personal es enormemente grave en el mundo juvenil. Andan buscando afanosamente un andamiaje interno psicológico y social, que les permita vivir con cierto sentido y seguridad. Ésta falta de identidad posiblemente explique la obsesión por la imagen.
• Solo se quiere vivir el momento presente, evitando así el peso del pasado y la angustia que provoca el futuro.
• La noche se ha convertido en su símbolo por excelencia: es el tiempo sin tiempo, sin horario y sin reloj, es el espacio de libertad sin disciplina y sin exigencia externa, es el lugar de la ambigüedad y de la seducción, de las emociones y de la fragilidad y de las huidas posibles, del placer y de la vulnerabilidad.
• El consumo de las drogas ha aumentado considerablemente en los últimos años.

Religioso:
• Hay un conflicto muy grande entre el concepto de religión y las normas morales de la iglesia. Muchos jóvenes tienen conflictos serios con la moral de la iglesia; simplemente no comparten su visión moral, aunque sí consideran que tienen una buena relación con Dios.
• El carácter fragmentado de la cultura y la sociedad actual, fomenta un tipo de religiosidad de bolsillo, a la carta: religión light.
• Consideran que Dios es importante en sus vidas. Creen en un Dios personal que soluciona todas las necesidades espirituales de la persona.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario