Ser educadores en nuestra época y contexto se convierte en algo cada vez más difícil. Esto se debe al desarrollo tecnológico y a los distintos cambios sociales, como por ejemplo la globalización, que va experimentado nuestra sociedad dominicana. Es por eso que al docente Dominicano cada día debe ir renovando sus conocimiento e ir formándose para estar a la vanguardia de nuestros tiempos. Ciertamente que enseñar conocimientos es de suma importancia para el docente. Pero existen otras cualidades que deben acompañar a todo educador o aspirante a la docencia que pretende transformar nuestra sociedad dominicana, para así convertirse en entes del cambio social.
Cada uno de nosotros ha tenido un maestro que ha sido un ejemplo a seguir, pero tal vez recordamos a otros que no tenían las facultades humanas ni necesarias que realmente debe poseer un educador. Así pues, para poder ser un docente transformador de la sociedad es necesario tomar en cuenta algunas cualidades que el gran Educador brasileño Paulo Freire nos enseña, como por ejemplo: el maestro ante todo debe ser humilde, es decir, “nadie lo sabe todo, nadie lo ignora todo. Todos sabemos algo, todos ignoramos algo”.
Esto nos dice que todo docente nunca debe usar abuso intelectual, es decir, de creer de porque posee ciertos conocimientos en un área lo sabe todo, puesto que no es así. Además los alumnos siempre nos pueden enseñar algo nuevo. Pero esta virtud debe estar acompañada de la amorosidad. “Dicha virtud no sólo se debe poner en práctica para los alumnos, sino para el propio proceso de enseñanza”. Es triste ver como muchos docentes no le tienen amor, ni cariño por lo que hacen. Realizando muchas veces la labor por el sueldo o solamente por cumplir el compromiso. Perdiendo de esta manera la vocación de ser verdaderos maestros y maestras.
Dicho amor nos debe dar la valentía suficiente para educar de una manera excelente. Pero también para anunciar y denunciar lo que está mal. Creando en los alumnos una conciencia más crítica que le ayude de esta manera a crear conciencia de lo que pasa en la sociedad para así cambiarla.
Es que al poner en práctica un tipo de educación que provoca de manera crítica la conciencia del educando, necesariamente trabajamos contra algunos mitos que nos deforman. Al cuestionar esos mitos también enfrentamos al poder dominante, puesto que ellos son expresiones de ese poder, de su ideología.
Otra virtud es la tolerancia, el educador de nuestra época debe abrirse a lo que es nuevo sin crear prejuicios. Para Paulo Freire a tolerancia es la virtud que “nos enseña a convivir con lo que es diferente, a aprender con lo diferente, a respetar lo diferente”. No es un misterio para nadie que algunos docentes les cuesta ser tolerante y abrirse a lo nuevo, puesto que esto requiere de un cambio de mentalidad y muchos le tienen miedo a lo que es nuevo y distinto.
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