Introducción
El
texto del evangelio de Mateo es conocido como el primer evangelio o el "evangelio
eclesiástico", ya que es el texto más usado por la Iglesia. Esta
denominación tiene su explicación o sentido en el esquema del evangelio. El
evangelista Mateo ha pretendido confeccionar una redacción muy completa de la
vida de Jesús: nacimiento, vida pública, pasión-muerte-resurrección,
apariciones, y ascensión. Además, en el texto se destaca el papel de Pedro: su
protagonismo, su responsabilidad y su autoridad sobre la Iglesia.
Mateo,
como todo evangelista, ha querido escribir una "Historia", un relato
de los acontecimientos que han tenido lugar en relación con una persona llamada
Jesús, el Cristo. La preocupación del evangelista no es crear una cronología
exhaustiva o hacer la transmisión aséptica de unos hechos. El autor del primer
evangelio pretende darnos una visión desde la fe, desde su experiencia personal
y desde la vida de una determinada comunidad eclesial a la que pertenece.
Visión que no tiene otro objeto más que la persona de Jesús.
Su verdad, es la verdad de la fe y para
comunicárnosla compone una vida de Jesús, entendiéndole como el Mesías. Esta
vida se desarrolla desde su genealogía hasta su exaltación.
Los
que queremos analizar el evangelio de Mateo debemos hacerlo con el espíritu de
la fe, buscando dar respuesta a una pregunta: ¿quién es Jesús? Sus
palabras y acciones nos darán elementos para que también nosotros respondamos.
Pero nuestra respuesta pasa necesariamente por el misterioso mundo de la fe.
Para
realizar esta labor, Mateo no parte de cero, al menos cuenta con el esquema y
la obra de Marcos. Aunque sabemos que junto con su genio literario contó con
otras fuentes orales y escritas.
1. Ambientación espacio-temporal de Mateo
La autoría de Mateo.
Se
cree, mayoritariamente en la actualidad, que el escritor de este evangelio es
un judeocristiano de lengua griega, probablemente de Antioquía de Siria,
y que realizó su labor hacia el año 80-85 d.C.
Incluso
podríamos pensar para datar este evangelio en una fecha anterior al año 80, hay
incluso quién se retrotrae hasta el año 60 d.C.
Este
personaje, identificado con el nombre de Mateo[1], para llevar a cabo su labor, además de sus dotes
literarias, se inspiró en el texto de Mc y en la llamada fuente Q, que recuerda
algunas de las palabras dichas por Jesús, y que la comunidad cristiana
primitiva recogería por escrito hacia el año 50 d.C.
El
texto del evangelio, aunque no da muchos datos sobre su autor, el estilo nos
revela a un hombre profundamente conocedor del judaísmo, muy reflexivo y de
gran cultura. Por ello, algunos han apuntado la posibilidad de encontrarse ante
un "ex-escriba". Desde esta teoría sería fácil comprender la
preocupación, entre otras muchas[2], por las relaciones entre ley oral y escrita tan
presentes en el evangelio.
Este
texto está considerado como el evangelio más didáctico y catequético. Muestra
de ello es su tendencia a los discursos, y su cierta polémica con el mundo de
la sinagoga, que refleja su talante de contraste y comparación entre interpretaciones. Se ha pensado, por estos
rasgos, en la existencia de una polémica antijudía en Mt, pero en realidad los
ataques son un procedimiento pedagógico, inspirado en los profetas, y que tiene
por objeto provocar la conversión del interlocutor, en esta ocasión, la de
Israel.
Concretando
más la oposición de Mt al judaísmo, podríamos decir que sus diatribas se
dirigen al rabinismo farisaico palestinense de finales del siglo I, corriente
que pervivió a la destrucción del Templo y cuya interpretación religiosa se irá
imponiendo como la interpretación oficial judía.
El nombre semítico de Mateo (don de Dios) se contiene en
la lista de los apóstoles (Mt 10,3; Mc 3,18; Lc 6,15). El texto de Mt 10,3 precisa
que es un "publicano" y reenvía a un pasaje semejante, a Mt 9,9. En
Mc 2,14 este personaje recibe el nombre de Leví, lo cual ha permitido a la
Tradición a identificar a Mateo con Leví.
Lugar de Redacción.
La hipótesis más aceptada en la
actualidad sobre el contexto vital del primer evangelio es la comunidad de
Antioquía de Siria, aunque dicha hipótesis no deje de ser un tanto arriesgada.
Determinar la comunidad donde nació Mateo ha sido un tema que ha dado mucho que pensar a lo largo de los
siglos, sin que aún podamos contar con una conclusión definitiva debido a la
escasez de pistas dentro y fuera del texto. No obstante, viendo las
características del mismo, y su rápida difusión, se han formulado varias
hipótesis, entre las que Antioquía de Siria[3]
ha ido prevaleciendo. Así, según Bonnard, como lugar de redacción de Mateo se
ha pensado sobre todo en Jerusalén, Galilea[4],
Antioquía, una de las grandes ciudades del litoral fenicio de Siria (Tiro,
Sidón, Tolemaida) o alguna de las ciudades de la Palestina del Norte o de Siria
(por ejemplo: Cesarea de Filipo, Damasco)[5].
De igual forma, Meier dice que se ha pensado en Jerusalén[6],
Alejandría, Cesarea Marítima, algún campo sirio o Edesa, Fenicia o Antioquía,
por la que se inclina. Una de las razones por la cual prefiere a Antioquía como
el lugar de origen es porque a partir de ella se puede explicar el lugar de
encuentro y mezcla de judíos y gentiles que se ve a lo largo del evangelio[7].
Pella es otra de las hipotéticas ciudades de composición del primer evangelio[8].
Por su parte, R. Brown también se inclina por Antioquía de Siria, y afirma que
en la actualidad la mayoría de los investigadores se inclinan por ella[9].
En este mismo sentido, U. Luz afirma
que Antioquía de Siria no es una mala hipótesis: parece poder aceptarse que
aunque el evangelio de Mateo no delate su lugar de origen, sin duda se escribió
en una ciudad siria bastante populosa, con buenas vías de comunicación, muchos
judíos y el griego como lengua. Además, en favor de tal localización habla el hecho
de que Ignacio de Antioquía utilizara dicho evangelio poco después del 100 d. C[10].
Del mismo modo, también R. Aguirre piensa en Antioquía de Siria como la
comunidad de redacción de Mateo al afirmar que es el único evangelio en que se
hace alusión a la resonancia de la actividad de Jesús en Siria; además,
entiende que tenía que ser una ciudad muy importante por el uso temprano de
Marcos y de Q como fuentes. De ello se deduce una ciudad grande y con buenas
comunicaciones[11], como lo era Antioquía en
aquel entonces. Como dice R. Aguirre: “Antioquía es la localización tradicional
y tiene buenos defensores en la actualidad. Incluso se podrían explicar las
características más importantes del evangelio de Mateo a partir de lo que
sabemos de la Iglesia de Antioquía”[12].
Fecha de redacción de Mateo.
En cuanto a la fecha de redacción del
evangelio de Mateo, G. Theissen cree que
hay que datarlo en torno a la década de los 80, el 90 cuando más tarde[13].
En este mismo sentido se expresa J. Meier al afirmar que una gran variedad de
críticos sitúan el evangelio más allá del 70 d.C[14].
Esta es una conclusión casi obligada para aquellos que sostienen que Mateo
depende del evangelio de Marcos. La década de los años 80 sería la mejor
hipótesis[15]. U. Luz opina lo mismo,
habla de una redacción relativamente temprana no pudiendo situarla mucho más
allá de los años 80[16].
D. Senior es
partidario de la misma hipótesis, según él el evangelio fue escrito para
responder directamente a la situación creada tras la revuelta judía de los años
66-70 d.C. y al subsiguiente surgimiento del judaísmo farisaico como fuerza
dominante[17].
2. Una comunidad que busca su propia
identidad
Composición de la comunidad de
Mateo.
Partiendo
de los datos que encontramos en el primer evangelio concluimos que éste nació
en una comunidad heterogénea, en la cual
hay un componente fundamental judeocristiano, parcialmente
judeocristiano helenista, pero en la que también había cristianos procedentes
del paganismo[18]. Estaba formada por
judíos y gentiles, quienes convivían desde la fundación de la ciudad[19].
Dicha convivencia es la que encontramos luego reflejada en el evangelio.
Relación con el
judaísmo
La Iglesia de Mateo, además de la
disputas internas, mantiene una dura polémica con el judaísmo de cuño farisaico
que se impuso después del año 70 d. C. A partir de ese momento el judaísmo se
centró en la ley y en la sinagoga y los fariseos impusieron su teología y su
interpretación de la ley. El judaísmo presente en Mateo es un bloque unitario
de naturaleza farisaica, que refleja la situación posterior al año 70 más que
la existente en tiempo de Jesús. Es el tiempo en el cual la Iglesia se está
separando de la sinagoga, lo cual se realiza en medio de durísimas polémicas.
Esto da lugar a expresiones muy fuertes en el evangelio. En cuanto a la presión
del judaísmo, encontraba un eco en sectores internos de la Iglesia cristiana,
que habían mantenido siempre su idiosincrasia judía. Pensemos en los
judeocristianos de la primera hora y, sobre todo, en los del grupo de Santiago
que habían llegado en un segundo momento[20].
J. A. Overmann, uno de los estudiosos
actuales de Mateo describe dicha comunidad como una secta judía en conflicto
con el judaísmo, el cual estaba inmerso en un proceso de reforma después del
año 70. Mateo piensa incluso en una autonomía institucionalizada de la
comunidad; por lo que, podría hablarse de una separación institucional y
organizativa entre la comunidad que Mateo tiene ante si y las sinagogas. Por lo
tanto, como es natural, la comunidad de Mateo pretende poseer la misma
tradición, la misma autoridad y, en parte, hasta los mismos roles del judaísmo que se está reformando[21].
En buena medida se disputan una herencia
común: ¿quién es el verdadero pueblo de Dios?, ¿quién interpreta rectamente la
Escritura?[22], ¿quién tiene el recto
conocimiento de la ley? Posiblemente esta Iglesia se ha separado ya de la
sinagoga (se habla de sus sinagogas como de algo ajeno[23]),
aunque no puede excluirse que, al menos parte de sus miembros estén aún bajo su
disciplina, lo que podría explicar la persecución por parte de ésta[24].
Según U. Luz, “la comunidad mateana,
cuya misión en Israel había tocado a su fin, no pertenece ya a la asociación de
sinagogas judías. La ruptura entre comunidad y sinagoga es definitiva. El
intento de instalar la comunidad dentro de la asociación de sinagogas judías
debe considerarse fracasado”[25].
Afirma que no hay ningún indicio de que existan conversaciones entre la
comunidad y la sinagoga. R. Aguirre entiende que ahora la comunidad se
encuentra ante la gran disyuntiva que se planteó a todo el judeo-cristianismo
fiel a la ley después de la separación de la sinagoga y la guerra judía: seguir
su propio camino, diferente tanto de Israel como de la gran Iglesia, o abrirse
a la misión a los paganos y caminar hacia la integración en la gran Iglesia.
Mateo está al inicio de este segundo camino. El abismo entre la comunidad y la
sinagoga era ya demasiado profundo y el diálogo no era posible[26].
F.
Vouga también entiende que la comunidad cristiana está separada de las
sinagogas; sin embargo, hablando del proceso de separación de las diferentes
comunidades cristianas que se desarrollaron dentro de las sinagogas, dice que
éstas (las comunidades cristianas) no se separaron, sino que fueron excluidas.
A ello ayudó el repliegue del judaísmo sobre sí mismo después de la guerra
judía[27].
En este mismo sentido, W. Stegemann cree que la comunidad de Mateo debería ser
considerada como un movimiento reformador dentro del judaísmo; pero, como
reacción al rechazo por parte del judaísmo, se convirtió en una secta. Sólo
después (aunque sin que pasara mucho tiempo) este grupo judío, al igual que la
mayor parte de los otros grupos, se habría convertido también en un grupo
cristiano, especialmente a causa del rechazo por parte del judaísmo mayoritario
y del predominio de los seguidores de Jesús no judíos[28].
Por otra parte, R. Trevijano
entiende que en Mateo es aún más claro el crecimiento institucional de la
sinagoga y la ampliación de la brecha entre las comunidades judías y
cristianas. Se refiere a las asambleas judías como sus sinagogas[29].
Mateo, en la ampliación de los materiales de Marcos y de Q, refleja la
situación del judaísmo que emerge después del 70 d. C., y la respuesta de
su comunidad. Tacha a los líderes judíos
de hipócritas y guías de ciegos (Mt 23-25). Incluso llega a llamarles raza de
víboras (Mt 23,33). El punto focal de la nueva comunidad de Mateo, contrapuesta
a las sinagogas, es el nombre y autoridad de Jesús[30].
El judaísmo farisaico y el cristianismo primitivo entran en el siglo II con el
reclamo concurrente de ser los verdaderos herederos de la tradición de la
alianza, los verdaderos intérpretes de las Escrituras y los agentes de formas y
estructuras institucionales que se desarrollarán en el siglo II en lo que será
por un lado la cristiandad apostólica y por otro el judaísmo rabínico[31].
En
fin, del mismo modo que R. Aguirre, considero que la ruptura entre la comunidad
cristiana y el judaísmo ya se ha consumado, tanto sociológica como
teológicamente. Es inconcebible que en una comunidad judía se hubiera podido
escribir un evangelio en el que se propone como autoridad máxima a Jesús, en
lugar de la ley y los profetas. Un segundo elemento que me induce a pensar en
una separación consumada es la apertura a las naciones, a la universalidad; lo
cual sabemos no entraba en la concepción judía, casta que se consideraba pura y
perfecta, y mucho más el judaísmo fariseo (legalista y escrupuloso), el cual
suponemos se estaba afianzando cuando se redacta el evangelio. Un tercer
elemento que me parece determinante es el trato que en Mateo se da a los
judíos, máxime a los escribas y fariseos. Un caso particular es el de Mt 23,13,
entre otros muchos[32],
donde a estos se les trata como a gente de fuera de la comunidad y sin ningún
respeto, cuando dentro de las comunidades judías debían ser los líderes.
Entiendo que todos estos datos implican una ruptura consumada[33],
donde el antijudaísmo se utiliza para legitimarse.
Dificultades de la Iglesia de
Mateo.
Ésta
es una comunidad cristiana mixta, cuya mayor dificultad era distinguir entre lo
que era fundamental y accesorio en la vida cristiana. También les resultaba
difícil asumir los compromisos prácticos, esto es, una moral para vivir
cristianamente.
Los
principales problemas de esta comunidad son de dos tipos:
-Internos:
problemas de identidad y de misión. Se va apagando el fervor inicial y
comienzan a nacer divisiones y deformaciones de la fe.
Se
hace necesario que Mt exhorte a la fe y a la perseverancia y que se luche
contra toda tentación de claudicar y
dejar de ser cristiano.
-externos:
enfrentamientos con el rabinismo naciente, con las diversas interpretaciones
sobre Dios, la ley, el Reino y el Mesías.
La
comunidad de Mateo parece que está bien organizada. Su tensión con el judaísmo
plantea este problema: ¿entre Jesús e Israel, hay continuidad o ruptura?
Sin
duda, Jesús debe ser situado en la mejor tradición de Israel, él da
cumplimiento y sentido a la Ley y a toda la historia de Israel. Pero hay que
admitir una realidad, Jesús plantea también discontinuidad con el judaísmo.
La
continuidad se manifiesta en múltiples rasgos:
-
Jesús nace en el seno del pueblo elegido, es hijo de Abrahán y de David.
-
Jesús cumple la Ley y los profetas. Él no ha venido a abolir la Torah, sino a darle
cumplimiento.
La
discontinuidad, supondrá una cierta ruptura entre la comunidad de Mateo y la
sinagoga. Varios textos lo evidencian: Mt 4,23; 9,35; 10,17; 12,9; 13,54; 23,34.
Quizás sea Mt 23 el lugar dónde mejor se percibe esta ruptura entre el judaísmo
y el cristianismo.
La
comunidad de Mateo, muestra en su evangelio contar con una organización
litúrgica bien definida. En primer lugar es una iglesia que vive el bautismo y
la eucaristía. Los aspectos bautismales destacan en Mt 3,13-17 y 28,19; y los
eucarísticos en Mt 26, 26-30; Mt 14, 13-21 y 15, 32-39.
Este
grupo de creyentes no olvida la celebración de otras prácticas creyentes. La
penitencia aparece en Mt 9,6-8; 16,18;
18,17, etc; la práctica de la oración acontece en Mt 6, 5-15; 7, 7-11; 18,
19-20.
Podemos
considerar, sin duda, la presencia de ministerios dentro de la Iglesia. Nadie
duda de la primacía de Pedro en el texto: Mt 14, 24-33; 16, 13-16. 18-23; 17,
4.24-27; 26, 69-75; ni tampoco de la relevancia del grupo de los
"doce".
Dentro
de esta comunidad parece que existen otros ministerios o carismas: la profecía,
los sabios y escribas.
La
presencia de profetas ambulantes o itinerantes se detecta en Mt 10,41 y 23,34.
Éstos tienen como rivales los falsos profetas, tal y como nos lo sugiere Mt 7,
15-16. Estos profetas eran misioneros itinerantes que predicaban el evangelio y
procuraban vivirlo radicalmente.
Los
sabios y escribas eran estudiosos que resolvían los problemas que se suscitaban
en la comunidad. La clave de sus soluciones está en la fidelidad a Jesús.
La
comunidad de Mt parece que se percibía a sí misma como la iglesia "de los
pequeños" (Mt 10,42; 18, 6.10.14; 25, 40.45), que podría ser traducida por
una comunidad de discípulos que se sienten hermanos.
Conclusiones:
1.-
La comunidad de Mateo es de origen judeocristiano con un componente helenista.
Esta comunidad está en una relación de ruptura y polémica con el judaísmo
fariseo con el que ha roto tanto a nivel teológico como sociológicamente.
2.-
La comunidad de Mateo tiene un estilo y características propias entre las que
destacan:
- se centran en la persona de Jesús y no en
la Ley.
- Se sienten el verdadero Israel y se llaman
a sí mismos con la palabra ekklesía
- Mantienen con los que llaman “los judíos”
tensiones pero no han renunciado a predicarles y buscar su conversión a Jesús.
- Aunque la mayoría es judeocristiana están
abiertos hacia los gentiles. Se predica que hay que someterse a la Ley tal y
como Jesús la interpreta. Y hay una honda preocupación por legitimar la misión
universal.
- Cuando escribe el evangelista la comunidad
está siendo perseguida por el judaísmo contemporáneo.
3. Estructura
del Evangelio
La
reflexión científica sobre el cómo fue construido el texto de Mateo es uno de
los aspectos más discutido de este evangelio.
Establecer
una estructura bien definida del Evangelio de Mateo resulta difícil. Hasta el
momento existen varios modelos[34].
A.- División a modo de
Pentateuco:
Según esta división el evangelio de Mateo está
estructurado a partir de 5 grandes discursos:
- Discurso Evangélico o Sermón
del Monte (5-7)
- Discurso Apostólico (10)
- Discurso Parabólico (13,1-52)
- Discurso Eclesiástico (18)
- Discurso Escatológico (24-25)
Muestra
de que esta estructura es querida por el autor es el empleo de una fórmula
final semejante para concluir cada discurso: Mt 7,28; 11,1; 13,53; 19, 1; 26,1.
Esta
quíntuple división convierte al evangelio en la "Nueva Ley", y a
Jesús en un nuevo Moisés en medio de un nuevo Israel, formado por judíos y
gentiles. Esta división la vemos claramente en la Biblia de Jerusalén, la cual
estructura a Mateo de este modo.
A
estos 5 discursos le precede un bloque narrativo. Así, los capítulos 3-4
conforman el bloque narrativo del Sermón del monte; los capítulos 8-9 son el
bloque narrativo del Discurso Apostólico; los capítulos 11-12 son el bloque
narrativo del Discurso parabólico; los capítulos 13,54-17,27 conforman el
bloque narrativo del Discurso Eclesiástico; y por último, los capítulos 19-23
son el bloque narrativo del Discurso Escatológico. Finalmente, los capítulos
1-2 tratan el nacimiento e infancia de Jesús, y los capítulos 26-28 tratan el
tema de la Pasión y Resurrección.
B.- División sugerida por
Marcos y algunos indicios lingüísticos propios del Evangelio:
En
el texto griego del evangelio de Mateo hay una estructura que repetida, sirve
como indicador de las distintas secciones del evangelio. Nos referimos a
Mt 4,17 y 16,21: "Desde entonces
Jesús…".
La
primera sección (Mt 4,17-16,20) se refiere a la actividad de Jesús en Galilea;
mientras que la segunda (Mt 16,21-28,20) se concentra en la Pasión, muerte y
resurrección de Jesús en Jerusalén.
Lo
restante, (Mt 1,1-4,16) presenta la venida de Jesús: sus antepasados,
nacimiento, el bautista, etc; en definitiva, se detiene en los preparativos
para la misión o la actividad de Jesús.
0.- Preparativos para la
misión de Jesús (1,1-4,16).
En
estos capítulos se presenta a Jesús como Hijo de Dios y de los hombres. Él es
el Cristo de Israel, luz de las gentes.
Mt
1,1-2,23: libro de los orígenes de Jesús,
el Cristo.
Mt
3, 1-4,16: Preparación de Jesús para el
ministerio.
1°.- Actividad de Jesús en
Galilea (4,17-16,20)
En
ella se nos habla del Reino de los Cielos que Jesús predica, y de la escisión
que suscita esta predicación entre los hombres.
En
ella se pueden distinguir las partes siguientes:
a).-
Una introducción que habla de las condiciones generales de la actividad
de Jesús: Mt 4,17-25.
b).-
La actividad de Jesús: Mt 5,1-11,1.
c).-
Las reacciones a esa actividad: Mt 11,2-16,20.
a).-
La introducción:
Mt
4,17:
"Desde
entonces comenzó Jesús a predicar y decir:
Convertíos,
porque el Reino de los Cielos ha llegado."
En
este tema principal hay dos elementos que debemos tener en cuenta:
1.-
un mandato que recoge lo que los hombres debemos hacer:
"convertíos".
2.-y
una noticia, que al estar expresada en perfecto adquiere el valor
de una acción realizada en el pasado pero cuyos efectos permanecen en el
presente.
El
reino de los cielos ha llegado, y sigue llegando.
Mt
4,18-22: llamada a los primeros 4
discípulos.
Mt
4,23: Sumario de la actividad de
Jesús, que se repite en Mt 9, 35. Esta repetición crea una inclusión semítica.
Mt
4,24-25: Se describe el efecto de la
actividad de Jesús.
b).-
Actividad de Jesús.
Mt
5,1-9,35: descripción de la actividad
de Jesús: sus obras y palabras.
Mt
5,1-7,29: las palabras: Discurso del
Sermón de la montaña.
Mt
8,1-9,35: las obras
Mt
9,36-11,1: discurso misionero de
Jesús. Prepara a la actividad a los seguidores y discípulos. Lo importante
es continuar la obra de Jesús. Esta actividad dura siempre.
c).-
Reacciones a la actividad de Jesús: Mt 11,2-16,20
En
Mt 11,2-6 y 16,13-20; hay una nueva
inclusión formada por la pregunta acerca de la identidad de Jesús. También se
insiste en esta amplia sección en "las obras de Cristo.
2°.- La sección Mt 16,21-28,20
A
su vez admite las partes siguientes:
Mt
16,21-20,34: El camino de Jesús hacia
Jerusalén
Mt
21-25: La actividad de Jesús en la
ciudad Santa.
Mt
26-28: La Pasión, muerte y
Resurrección del Señor.
Otra
estructuración del texto que ha tenido bastante éxito es la siguiente: se trata
del esquema ideado por Vaganay y difundido por Benoit. Nos
referimos la división del evangelio en 7
partes:
1.-
El prólogo, es decir, el evangelio de la infancia de Mt 1-2.
2.-
la segunda sección que se subdivide en:
-
Narración: 3,1-4,25
-
Discurso: 5,1-7,27
-
Fórmula final: 7, 28-29.
3.-
la tercera sección
-
parte narrativa: 8,1-9,35
-
Discurso: 9, 36-10, 42
-
Conclusión final: 11,1
4.-
Sección cuarta
-
Parte narrativa: 11,2-12,50
-
Parte discursiva: 13,1-52
-
Fórmula final: 13,53.
5.-
Quinta parte
-
Parte narrativa: 13, 54-17,27
-
Parte discursiva: 18, 1-35
-
Final: 19,1
6.-
Sexta sección
-
Narración: 19,2-22,46
-
Discurso: 23, 1-25,46
-
Conclusión: 26,1
7.-
Séptima parte o epílogo: Mt 26-28
A
pesar, del interés que suscita este esquema, como suele ocurrir, no ha sido
aceptado por todos, pero sigue manteniendo su vigencia. No obstante, son varias
las voces que aseguran que no existe esta correspondencia entre dichos y hechos
en cada sección.
4.-
Dimensión literaria del evangelio de Mateo.
El evangelio de Mt hace una síntesis literaria con un
orden propio basándose en dos fuentes: el evangelio de Mc y la fuente Q. Por
eso, el primer evangelio mezcla elementos narrativos, típicos de Mc, y
elementos discursivos característicos de la fuente Q.
Se podría decir que el texto de Mt consta de materiales
provenientes de Mc, de textos extraídos de Q y de otras perícopas de
elaboración propia.
La influencia de Mc se percibe, sobre todo, a partir del
capítulo 12, desde él se usa claramente el esquema del evangelio de Mc, aunque
alterando el orden. El material elaborado por el propio Mt se concentra en Mt
1-11.
No se puede negar que lo que hace Mateo es retomar el
evangelio de Mc y contarlo de un modo nuevo.
También podríamos afirmar que desde el punto de vista
literario el evangelio de Mateo es ante todo y esencialmente, una obra narrativa.
4.1.- Recursos estilísticos.
El texto de Mt es el más judío de los evangelios, pero,
sin embargo, posee abundantes elementos de cultura clásica. De suyo, escribe en
un griego[35] más correcto que Mc y utiliza abundantes recursos
semíticos: inclusiones, paralelismos y quiasmos (ej. No son todos los que
están, ni están todos los que son. Estructura cruzada, en forma de X),
repeticiones de palabras claves, gematría (relacionado con los números), etc.
Algunos califican el griego empleado por este evangelista
como "sinagogal".
El vocabulario de Mt es típicamente semita y rara vez
explica las expresiones arameas, salvo algunas excepciones: Enmanuel (Mt 1,23),
Gólgotha (Mt 27,33), y Eli, Eli, lamma sabakhtani (Mt 27,46).
También son semitas las costumbres que se describen con
gran exactitud: filacterias, las abluciones, las costumbres alimenticias, etc.
Incluso el texto manifiesta con claridad y armonía el
mundo de la teología judía del tiempo de Jesús.
La tendencia general del lenguaje de Mateo es formalista,
sobrio y conciso. Pretende destacar lo esencial y, por eso, podríamos decir que
es pedagógico.
En su lenguaje le ha influido la versión de los LXX, esto
es, el griego bíblico tiene mucha presencia en Mt.
Todos los recursos estilísticos empleados y el mismo
vocabulario muestran que el evangelio de Mateo no es una obra literaria
improvisada, sin duda alguna estamos ante un evangelio bien construido digno de
ser leído y meditado.
4.2.- Perícopas propias de Mateo.
El evangelio de Mateo tiene materiales propios que no
existen en el resto de los sinópticos:
- El evangelio de la infancia: Mt 1-2.
- Determinadas secciones del
sermón de la montaña: Mt 5, 27-30.33-37; 6, 1-8.16 ss.
- curación de dos ciegos: Mt 9, 27-31
- el endemoniado mudo: Mt 9, 32-34.
- La persecución por el evangelio: Mt 10, 17-25
- Texto de "venid a mí": Mt 11, 28-30
- la parábola de la cizaña: Mt 13, 24-30.36-43
- Parábola del tesoro escondido y de la perla preciosa:
Mt 13, 44-46.
- Parábola de la red: Mt 13, 47-50
- Pedro camina sobre las aguas: Mt 14, 28-31.
- Contribución al templo: Mt 17, 24-27
- parábola del siervo despiadado: Mt 18, 23-35
- parábola de los trabajadores de la viña: Mt 20, 1-16
- parábola de los dos hijos: Mt 21, 28-32.
- parábola de las diez vírgenes: Mt 25, 1-13.
- ciertos pasajes de la pasión: Mt 27, 51-53. 62,ss.
- Despedida del resucitado en Galilea: Mt 28, 16-20.
4.3.- El estilo de Mt.
El evangelista Mateo emplea en su texto abundantes
recursos estilísticos de origen semítico. Son característicos del estilo
mateano, los siguientes:
a.- Empleo de estructuras numéricas, bien como recursos nemotécnicos o como elementos
simbólicos.
Se usan estructuras basadas en el número tres[36], y también en el número siete[37] y en el
dos[38] y el
cuatro.
b.- Uso de inclusiones semíticas.
Se trata de una figura literaria concéntrica que el
principio coincide con el final, pero entre uno y otro se producen una serie de
cambios importantes que nos transmiten un mensaje. Por ejemplo se establece una inclusión entre
Mt 1,24 y 28,20. Se trata de una explicación del "Emmanuel: Dios con
nosotros", esta referencia se cumple en las palabras últimas de Jesús
despidiéndose de sus discípulos.
c.- Repetición de fórmulas.
Un ejemplo son las fórmulas que concluyen cada uno de los
cinco discursos que aparecen en este primer evangelio.
d.- aparición de palabras nexo.
Se emplean para facilitar los procesos de memorización de
frases o sentencias que no guardan entre sí relación. Se trata de una técnica
de las tradiciones orales que consiste en repetir palabras clave.
En Mt 5,14.15.16, se emplean diversas palabras nexo: luz,
lámpara, alumbre.
También en Mt 18,4.5.6, se emplean los vocablos nexo:
niño y pequeño.
e.- El paralelismo.
Consiste en la semejanza de diversos miembros de una
frase. Un ejemplo típico es Mt 7, 24-27.
4.4.- Los Discursos de Mateo.
El plan del evangelista no es introducir sin más
discursos en una narración, al contrario, estos discursos están perfectamente
integrados en el texto y sirven para conectar las distintas secciones
narrativas y dar más viveza a la acción. Cada uno de estos discursos posee su
estructura y unidad y versan sobre distintos aspectos del Reino de los Cielos.
a.- Primer Discurso Mt 5,1-7,29: es el conocido Sermón de la Montaña, en él Jesús
proclama ante sus discípulos y rodeados de una multitud las exigencias del
reino de los Cielos.
La dimensión clave de este fragmento es llegar a
comprender el concepto mateano de "justicia", experiencia que debe
caracterizar y definir a todo seguidor de Jesús.
Se anima a los discípulos a no decaer y a no desanimarse,
es preciso ser fiel, mantener el ánimo y la radicalidad. Y no dejarse vencer
por las dificultades, en especial ante el peligro de la persecución que puede hacer pender la fe.
b.- Segundo discurso Mt 9, 35-10, 42: llamado el discurso misionero. En este texto se
nos habla de la extensión del Reino de los Cielos, y se ayuda a los seguidores
de Jesús para que comprendan la razón de la misión.
En esta sección se insiste sobre la misericordia
entrañable de Jesús por los suyos y la inminencia escatológica.
El Reino de Dios no se puede quedar encerrado debe
extenderse incluso aunque haya persecuciones.
c.- Tercer Discurso Mt 13, 3b-52. Es conocido como el discurso de las parábolas y en
él se nos habla de la naturaleza del reino de Dios. Unas veces son parábolas
para la gente y otras para los discípulos pero el objetivo es el mismo.
También se aprovecha la circunstancia para hacerse eco de
la reacción que provoca la predicación de Jesús y de sus discípulos sobre la
gente.
d.- Cuarto discurso Mt 18, 3-34. Es el discurso que gira en torno a la realidad de
la Iglesia, esto es, se trata de analizar a la comunidad que acepta el reino de
los cielos.
Es un discurso claramente enfocado hacia los discípulos y
así nos lo manifiesta Mt 18,1-2.
Se nos dice como debe vivir el grupo de los seguidores de
Jesús y se nos alerta sobre el riesgo de divisiones internas, sobre los frutos
negativos que el pecado tiene sobre los demás y sobre la naturaleza débil de
algunos hermanos.
La clase de reflexión para cualquier comunidad debe estar
en la experiencia de la misericordia con la que el padre se comporta.
e.- Quinto discurso Mt 23, 1-25,46, esto es, el conocido como discurso escatológico.
En él se nos ayuda a prepararnos debidamente para la venida y recepción del
Reino de los Cielos. El tema del juicio y su relación con la justicia y con el
comportamiento con el prójimo es un tema de un gran interés en esta sección.
5.- La
teología de Mateo.
El texto de Mt es una obra de
síntesis desde el punto de vista teológico. Mezcla aspectos típicamente
hebreos (judíos y legalistas) y universalistas (con críticas a la Ley). También
es considerado Mateo como un evangelio que media y pone un punto de equilibrio
entre las distintas tendencias del cristianismo primitivo.
El Evangelio de Mateo pretende hablarnos de la persona de
Jesús y, sobre todo, de su enseñanza. Así como en Mc 1,1, la palabra evangelio
hace referencia a la proclamación de un acontecimiento salvífico del que Jesús
forma parte; en Mateo el evangelio se confunde con la predicación del Jesús
terreno.
Esta idea nos hace pensar en que la enseñanza de Jesús
terreno es el centro del texto mateano.
5.1.- El reino de Dios.
El reino de los cielos: es una expresión típica de Mateo que tiene una gran hondura teológica.
Refleja tanto la dimensión temporal (reinado) como espacial (reino) de la
soberanía de Dios sobre el mundo y la humanidad.
Esta categoría refleja aspectos o dimensiones duales,
esto es, tiene diversos significados: es una realidad futura y presente a la
vez, celestre y terrestre, visible e invisible, etc.
Desde el punto de vista de la Historia, Mateo no va a
distinguir entre un tiempo de Jesús y otro de la Iglesia. El Cristo glorificado
que está con el Padre en su Reino se identifica con el Jesús terrestre. Y su
presencia se sin distinción en la tierra y en el cielo, él mora siempre en
medio de los suyos.
5.2.- La Cristología.
Mateo narra la historia de Jesús desde la perspectiva
postpascual, asocia al Jesús histórico con el Cristo kerigmático e introduce a
Jesucristo en la vida de la comunidad.
La figura de Jesús: Jesús es visto como el cumplimiento de las promesas del AT. En él se
cumple lo dicho desde antiguo por los profetas: nace de una Virgen, en Belén,
huye a Egipto, es llamado nazareno, en él se cumple lo dicho por Isaías, etc.
Hay, en definitiva, una estrecha relación entre Jesús y las Escrituras.
Respecto al modo de llamar a Jesús hay dos títulos
típicamente mateanos: "Jesús el Cristo" y, sobre todo, el "Hijo
de David". Pero Mt se centra como todo evangelio en mostrar que Jesús es
el Hijo de Dios.
Este evangelio, aunque en cierto modo manifiesta un tono
hierático, no está exento de rasgos humanos de Jesús. Se destaca especialmente
la misericordia y compasión de Jesús, aunque no se olvidan otros aspectos
emotivos: la irritación, la violencia, etc.
Ante la persona de Jesús sólo existen dos posibles
reacciones: aceptarlo como Señor o rechazarlo.
Esta segunda actitud que repudia a Cristo es la adoptada
por Israel que no ve en Jesús al enviado del Padre. Ante esta cerrazón, Jesús
es presentado ante un nuevo pueblo de Israel. Pueblo en el que caben todos los
que quieran creer en él, sean gentiles o judíos.
Cristológicamente hablando la clave del evangelio de
Mateo está en reconocer en Jesús la presencia de Dios en medio de su pueblo. Él
es el "Enmanuel" y estará siempre con los suyos. Hay en el texto una
inclusión que englobando todo el evangelio confirma lo que hemos señalado se
trata de la referencia a Mt 1,23 y Mt 28, 20.
5.3.- Ser discípulo.
La comunidad de los discípulos: se trata del grupo de los seguidores de Jesús que
viven y misionan con él.
Ellos forman la Iglesia, el nuevo Israel. El antiguo
Israel no ha querido creer en Jesús y no le sigue, por eso es sustituido.
La comunidad de los creyentes se convierte en el ámbito
en el que Dios ejerce su soberanía. Así entre Iglesia y Reino de Dios hay una
relación muy íntima.
La referencia al grupo de los discípulos como iglesia
y su pertenencia a ella radica en la relación que se mantenga con Jesús. Todo
discípulo lo es por su relación con el maestro.
Entre los discípulos debe existir la fraternidad, si se
da tenemos comunidad. Pero se reconoce, por otro lado, que la cizaña crece
junto con el trigo, es decir, que el bien y el mal, los malos y los buenos
conviven. La comunidad está compuesta de fuerzas contrapuestas que entran en
conflicto, se impone para superar estos límites una verdadera
"paciencia".
5.4.- La justicia.
En Mt existe un verdadero evangelio de la justicia.
La justicia no es otra cosa más que el recto comportamiento con Dios y con el
prójimo. Ella supone una total entrega del ser humano en manos de Dios y de los
demás. Ser justo es ser fiel al proyecto de Dios (Mt 3,15; 5,6.10.20; 6, 1.33;
21,32) y esta fidelidad se comprueba en el obrar ético del hombre.
El evangelio de Mateo acentúa intencionalmente la morales
de la enseñanza de Jesús.
5.5.- La Ley.
Mateo está muy preocupado por el cumplimiento del AT. En
su evangelio se usarán unas 41 citas, 37 de las cuales son introducidas con una
fórmula esteriotipada de cumplimiento: "para que se cumpliera lo dicho
por..." La mayor parte de estas referencias provienen de los textos
proféticos, especialmente de Isaías.
Con estas referencias del AT en su texto Mateo se propone
ver la continuidad entre la antigua alianza y la nueva. Además consigue también
afirmar en la comparación que el NT es más perfecto que el AT, porque lleva a
término lo anunciado en los profetas.
5.6.- Escatología.
El primer evangelio posee abundantes llamadas que
insisten en la necesidad de la vigilancia y denomina a la venida de hijo del
hombre con una palabra técnica: parusía.
Esta llegada del señor estará marcada por el juicio, en
él se juega el hombre su destino.
Todos los discursos del evangelio recuerdan este hecho de
que el hombre debe dar cuentas a Dios de su comportamiento.
La comunidad mateana no esperaba una parusía inminente y
se hace continuas referencias a ella y al juicio es porque quiere forzar la
conversión de los todavía no dan los frutos deseados.
6. Anexo sobre la autoridad en la comunidad de
Mateo:
En
este apartado vamos a intentar asomarnos a la problemática interna de la
comunidad de Mateo, pero sólo desde el ámbito que nos interesa, desde la
autoridad.
Lo
primero que nos llama la atención al respecto es que la autoridad como tal sea uno de los temas vertebrales de Mateo.
Así lo veíamos al estudiar el texto de Mt 28,16-20[39].
Ello nos induce a pensar que, en el momento en que se redactó el primer
evangelio, la autoridad constituía uno de los problemas fundamentales de la
comunidad.
La
existencia de dicho problema es lógico, si tenemos en cuenta que, el evangelio
se redactó en un momento en que la comunidad se estaba consolidando como
diferente de las sinagogas, de donde entendemos se había separado. Y es que una
comunidad que se está organizando necesita conocer su estructura interna,
necesita saber a quien recurrir para la toma de cualquier decisión[40];
sin embargo, estas comunidades (la de Mateo, y las demás comunidades cristianas),
que recién se habían separado del judaísmo, carecían de ciertas estructuras. El
primer problema a la hora de la separación fue: ¿quién es en adelante la cabeza
visible de la comunidad? ¿Quién es la autoridad máxima a la que todos deben
obedecer? Éste fue un problema de todas las comunidades, que mientras
estuvieron a la sombra de las sinagogas tuvieron resuelto[41].
En el caso de la comunidad de Mateo,
el evangelista quiere hacer frente a este problema presentando en primer lugar
a una autoridad superior a todos, la de Jesús, como vimos en Mt 28,16-20. Y es
que en este momento la comunidad corría el riesgo de desviarse siguiendo a los
que se presentaban como potenciales líderes (profetas carismáticos). Éstos, a
primera vista parecían ofrecer una alternativa a las esperanzas de muchos
judíos y gentiles que, ante el sistema de explotación romano esperaban un
cambio de gobierno, bien fuera por intervención de Dios o de los hombres[42].
En
este contexto es donde Mateo propone una nueva vía: reinterpreta el mesianismo
de Jesús y su propuesta, haciendo que en Él se cumplan las esperanzas de ambos
grupos[43].
A partir de aquí Jesús es el Mesías de los judíos y el rey esperado de los
paganos. Los miembros de la comunidad ya no tendrán que ir detrás de otro que
se presente como el Cristo, como el Mesías, porque ya este vino y su mensaje
está contenido en el evangelio, el cual se erige por encima de cualquier otra
ley.
Los
carismáticos itinerantes son gente de mucha oración (que dicen: “Señor, Señor”)
y que en el nombre de Jesús profetizan, expulsan demonios y hacen muchos
milagros, pero, algunos de ellos solo hacen daño[44],
no dan buenos frutos ni practican la justicia cristiana[45],
objetivos principales en el nuevo reino propuesto por Jesús, según Mateo. Por
dentro son lobos rapaces, que con sus falsas doctrinas sobre la ley desvían el
comportamiento de muchos (Mt 7,15-23)[46].
“Parece que detrás de estos graves
defectos prácticos se encuentran desviaciones doctrinales. ¿En qué consistían?
Probablemente en un entusiasmo espiritual que les llevaba a considerarse por
encima de la Ley y a promover actitudes libertinas”[47].
Mateo
aquí tiene que enfrentarse con cristianos de tendencia judaizante radical,
judeo-helenistas radicales y a herederos de Pablo, que, tras la marcha del apóstol,
lo interpretaban en línea libertina[48].
Ante ellos, Mateo tiene que invitar constantemente a la acción. Un término
relevante en dicho contexto es “poca fe”[49],
motivo de parálisis en otras áreas de la vida cristiana. La comunidad necesita
que alguien la exhorte a la perseverancia, la fidelidad, la praxis, la fe
valerosa. Se trata del problema básico: cómo un cristiano o una comunidad sigue
siendo lo que es sin claudicar[50].
U. Luz entiende que la falsa profecía y la falsa doctrina fueron problemas que
la comunidad tuvo que afrontar pero que han pasado ya a un segundo plano[51].
En fin, en este terreno, el
principal problema al que Mateo tuvo que enfrentarse, fue al de definir quién
era la verdadera autoridad de la comunidad, a quién debían seguir sus miembros
cuando tras separarse de las sinagogas, se había creado, en la comunidad
cristiana, un vacío de poder. Ante tal situación, los miembros de la comunidad corrían el
riesgo de copiar los modelos que tenían más cerca, es decir, las estructuras de
poder de las que ellos mismos habían formado parte: las sinagogas[52].
La comunidad estaba tentada de organizarse al estilo de éstas, o bien imitar
otros modelos de autoridad conocidos por ella, ya procedieran éstos del ámbito
de la vida pública o familiar: así, por ejemplo, el paterfamilias era el dueño de la casa, otros se erigían como los
verdaderos intérpretes de la palabra de Dios (escribas), o como verdaderos
maestros, etc. Ante todos estos modelos de autoridad, conocidos y practicado
por la comunidad, Mateo propone como autoridad única a Cristo (Mt 23,1-12). Es
a Él al que hay que seguir, pues todos los demás son iguales, es decir,
hermanos.
[1].- Eusebio de Cesarea. Historia
Eclesiástica. III, 39, 16.
Una vez más, se
atribuye a Papías la afirmación que confirma la autoría del primer evangelio al
apóstol Mateo.
Realmente Mt 9,9 y
10,3, son los textos que permiten hacer esta atribución. Y sea quién fuere el
autor, el evangelio pretende legitimarse apelando a la figura de Pedro.
"Mateo
en lengua hebrea ordenó las sentencias, pero cada uno las tradujo como podía
mejor".
Jerónimo. De viris
Illustribus, 3
"Mateo,
llamado Leví, publicano antes de apóstol, fue el primero que compuso un
evangelio de Cristo en Judea, para los creyentes de la circuncisión, con letras
y palabras hebreas; no es del todo seguro que más tarde se tradujese al griego.
El texto hebreo mismo se conserva todavía hasta el día de hoy en la biblioteca
de Cesarea".
[2].- Mateo se presenta como un
escritor judío. Desde la genealogía del capítulo primero hasta las precisiones
sobre la muerte y la resurrección de Jesús, pasando por las instrucciones sobre
la ley nueva, la oración, la limosna, el ayuno, el Templo, la tradición, etc.
Casi todo lo que en él aparece nos hace pensar en las costumbres y conflictos
del judaísmo del siglo I. No obstante, el griego que usa, es mucho más elegante
y correcto que el de Mc aunque mucho menos que el de Lc.
[3] Antioquía de Siria era una ciudad
estratégica, a unos 480 kilómetros al norte de Jerusalén, y no lejos del mar
Mediterráneo, al que se accedía por el cercano puerto de Seleúcida. Había sido
fundada alrededor del año 300 a.C. El año 64 a.C. pasó bajo control romano y
desde el 27 fue la capital de la provincia imperial de Siria. F. Josefo la
señala como la 3ª ciudad del imperio, siendo superada sólo por Roma y
Alejandría (BJ III, 29). Desde su principio fue una ciudad de encrucijada,
fundada como avanzadilla de la civilización griega en territorio semítico.
Predominaba el griego, sobre todo en las clases alta y media, mientras que el
arameo era la lengua normal en las zonas rurales.
La comunidad judía estuvo allí presente desde la fundación de la ciudad.
Su proximidad a Palestina, su importancia comercial y administrativa atrajo a
muchos judíos. Fue una de las tres ciudades con mayor población judía durante
el imperio romano. Los judíos gozaban allí del reconocimiento de su
personalidad jurídica y tenían derecho a seguir sus propias leyes. Vivían en
distintos barrios de la ciudad y tenían varias sinagogas. Durante el siglo I
d.C. llegaron a gozar de tal esplendor que se convirtieron en un atractivo para
los paganos, hasta el punto de que muchos se hicieron prosélitos. Su esplendor
comenzó a mermar a partir de los años 66-70. Véase: J. Núñez R., El Evangelio en Antioquía. Gál 2,15-21 entre
el incidente antioqueno y la crisis gálata, Salamanca 2002, pp. 76-81; R. Aguirre, La Iglesia de Antioquía de Siria, Bilbao 1988, pp. 13-19; R. Aguirre y A. Rodríguez, Evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles, Estella 20015,
p. 263.
[4] J. A. Overman, apoyándose en los
estudios actuales sobre Mateo ha localizado dicha comunidad en Galilea,
específicamente en Tiberíades o Séforis. J. A. Overman, Matthew`s Gospel and Formauive Judaism. The
Social World of the Matean Community, Minneapolis
1990, p. 158s.
[5] P. Bonnard, Evangelio Según San Mateo, Madrid 1976, pp. 19-20; G. Theissen, La redacción de los evangelios y la política
eclesial, Estella 2002, p. 53.
[6] Véase: E. W. Stegemann y W. Stegemann, Historia social del cristianismo primitivo.
Los inicios en el judaísmo y las comunidades cristianas en el mundo
mediterráneo, Estella 2001, p. 307.
[7] R. Brown
and J. Meier, Antioch and Rome ,
London 1983,
pp. 18-27.
[8] W. Marxsen, Introducción al Nuevo Testamento,
Salamanca 1983, p. 163.
[9] R. Brown, Introducción al Nuevo Testamento. Vol. I, Madrid 2002, p. 297.
[10] U. Luz, El Evangelio según San Mateo I, Salamanca 20012, pp.
102-104. Ver también: D. Hill, The Gospel
of Matthew. (The New Century Bible Commentary), London 1984, pp. 50-52; U. Luz, El Evangelio... Vol..., p.
86-90
[11] R. Aguirre y A. Rodríguez, Evangelios sinópticos..., pp. 263-266;
R. Aguirre, La Iglesia..., pp. 43-49.
[12] R. Aguirre, “Historia de la
investigación sobre el evangelio de Mateo”, en R. Aguirre y A. Rodríguez
(eds.), La investigación de los
evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles en el siglo XX, Estella
1996, p. 164. Véanse también: G.
Segalla, Panoramas del Nuevo Testamento, Estella 20003, p.
138; J. Auneau, F. Bovon y otros, Evangelios sinópticos y hechos de los apóstoles,
Madrid 1983, p. 181.
[13] G. Theissen, La redacción..., p. 54; G. Theissen y A. Merz, El Jesús histórico, Salamanca 2000, p. 49. Ver también: D. Hill, The Gospel..., pp. 48-50; J. Auneau, F.
Bovon y otros, Evangelios sinópticos y
hechos de los apóstoles, Madrid 1983, p. 147.
[14] Véase: E.
W. Stegemann y W. Stegemann, Historia
social..., p. 306.
[15] R. Brown
and J. Meier, Antioch ...,
pp. 15-17.
[16] U. Luz, El Evangelio... Vol. I..., p. 105; R. Aguirre y A. Rodríguez, Evangelios sinópticos..., p. 267.
[17] D. Senior,
“Directions in Matean Studies”, en: D. E. Aune (ed.), The Gospel of Matthew in Current Study, Michigan 2001, p. 8.
[18] R. Aguirre y A. Rodríguez, Evangelios sinópticos y Hechos de los
Apóstoles, Estella 20015, p. 262; R. Aguirre, “La comunidad de
Mateo y el judaísmo”, EstBíb 51
(1993), p. 246; G. Theissen, La
redacción..., p. 90.
[21] J. A.
Overman, Matthew`s Gospel..., pp.
152-154. Véase también: E. W. Stegemann y W. Stegemann, Historia social..., pp.
307-308.
[22] Véase: J.
A. Overman, Matthew`s Gospel..., pp.
89-90.
[26] R. Aguirre, “La comunidad de Mateo y
el judaísmo”, EstBíb 51 (1993), p.
243.
[30] A. Piñero (ed.), Orígenes del cristianismo. Antecedentes y
primeros pasos, Córdoba 1991, p. 341.
[34].- CASALINI, N.: Il vangelo
di Matteo come racconto teologico. Jerusalem, Franciscan Printing
Press, 1990.
Estructura su estudio siguiendo
el esquema narrativo siguiente:
Mt 1,
1-2,23: libro de los orígenes de Jesucristo.
Mt 3,
1-4,25: el inicio de la predicación
Mt 5,1-7,
29: el discurso del monte
Mt
8,1-9,34: Las obras de Jesús
Mt 9,
35-11,1: el discurso del envío
Mt 11,
2-30: Esta generación no cree
Mt
12,1-13,58: el discurso de las parábolas del reino
Mt 14,
1-16,12: Jesús no es reconocido como "pastor" de su pueblo.
Mt
16,13-18,35: Discurso sobre los pequeños.
Mt
19,1-21,17: Viaje hacia Jerusalén
Mt
21,18-23,39: Discurso contra los escribas y fariseos
Mt
24,1-25,46: Discurso sobre el fin.
Mt
26,1-28,20.Pasión, muerte, resurrección y ascensión. Mandato misionero.
[35].- San Jerónimo, Ireneo de Lyon
y Eusebio de Cesarea pensaban que el texto de Mt se había escrito en Palestina
y originariamente en hebreo o arameo.
Esta idea hoy no es admisible y se defiende la existencia de un original
griego.
[36].-
Son tres: las tentaciones (Mt 4,1 -11), la práctica de la justicia: ayuno,
limosna y oración (Mt 6, 1-10), las negaciones de Pedro (Mt 26, 69-75), las
tres series de milagros de tres milagros cada una (Mt 8-9), son tres las veces
que ora Jesús en Getsemaní (Mt 26, 36-46).
[37] Son siete: las peticiones del
padrenuestro (Mt 6,9 ss), las lamentaciones o ayes de Jesús (Mt 23, 13-36), las
parábolas de Mt 13, los antepasados de Jesús (Mt 1,17), las veces que hay que
perdonar (Mt 18, 22), los panes de la multiplicación, etc.
[38] Son dos: los endemoniados de
Gerasa (Mt 8,28 ss), los dos ciegos de Mt 9, 27-31; de nuevo dos ciegos en Mt
20,29, etc.
[39] En Mt 28,16-20,
considerado la conclusión del evangelio, se presenta la autoridad como uno de
los tres temas principales del texto, y por ende, de todo el evangelio.
[40] Es muy difícil, o casi imposible,
que un grupo pueda funcionar sin un mínimo de organización, sin que se sepa a
quien recurrir para la solución de problemas o la coordinación de las actividades.
[41] Las sinagogas tenían su estructura
de autoridad bien definida: Dios era la autoridad máxima, seguido por la Torá,
donde se encontraban sus palabras. Después estaban Moisés y los profetas. E
inmediatamente dentro de la comunidad (pensando en una de la diáspora) estaban
los escribas y los jefes de las sinagogas.
[42] Tanto en el ambiente judío como en
el pagano existía la esperanza de un cambio total. Por parte de los paganos se
esperaba un nuevo gobierno, que volvieran al dominio los orientales; mientras
que los judíos aguardaban una intervención de Dios a través de un Mesías o de
un sabio. G. Theissen, La redacción..., pp.
64-65.
[52] El ejercicio de la
autoridad en la sinagoga podemos verlo reflejado en el texto de Mt 18,15-18. En
él se presenta una metodología que permite solucionar problemas de disciplina.
Ahora bien, según Mateo, para que dicha metodología tenga un espíritu cristiano
se le ha de añadir algo más: la autoridad plena se reserva sólo a la comunidad,
la cual aseguraría que las decisiones que se tomen siempre serán para bien de
los hermanos.
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