
Así pues, el texto nos afirma, entonces que el hombre adora realmente a su propia esencia y no a eso que llamamos Dios, ya que, el objeto y contenido de la religión cristiana es absolutamente humano, ya que, la esencia divina es la esencia humana. En cuanto al tema de la verdad, para el hombre esta parte de la verdad es lo real y como Dios es la esencia del hombre, él lo considera como aquella verdad más elevada, por eso Dios es un ser real. A partir de todo esto, podemos ver como Feuerbach quiere argumentar todo su ateísmo y porque el hecho de que el hombre puede realizarse sin este, esto lo digo por la razón de que éste filosofo afirma que “Mientras más subjetivo y humano es Dios, tanto más enajena al hombre su propia subjetividad” y esto, como vimos en las clases anteriores Dios interfiere con la dignidad primera del hombre, es decir, de cada ser humano, su libertad.
Partiendo de este supuesto, de que Dios parte del interior subjetivo de cada ser humano, entonces, la pregunta que surge a partir de aquí es que Dios no existe, ya que, soy yo que reflejo todos mis valores en un ser superior que está por encima de mí; y este es gran cambio que realiza este filosofo. Leyendo este texto, noto como en cierto sentido tiene su razón, pero también como esos valores, a los que se refiere el autor, deben también estar en cada uno de nosotros sin tener que proyectarlo del todo en ese ser superior, al cual llamamos Dios, con esto no quiero ser muy ateo pero es la interpretación que puedo inferir de este autor.
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