martes, 18 de julio de 2017

Teología Fundamental

En busca de una de una identidad 

Unos de los problemas que manifiesta hoy en día la teología fundamental es la cuestión de nombrar a esta, es decir, el nombre que debe recibir tal teología puesto que ha habido problemas para nombrar a este tratado teológico.

Bien sabemos que esta materia, por así decir, ha recibido distintos nombres en diferentes épocas a lo largo de la historia de la teología. Por ejemplo, en los primeros siglos de la teología cristiana, la teología fundamental recibía el nombre de apologética cuyo propósito era el de justificar la fe y la doctrina cristiana frente a los ataques de las filosofías y las religiones no cristianas .

En cuanto la se va afianzando el cristianismo y llega a ser una religión con preferencia universal se va diluyendo, por así decirlo, el propósito apologético y se afianza con más auge la presentación dogmática del mensaje cristiano. De una simple justificación de la fe, se pasa a proponer verdades de fe que de alguna manera guiaran los senderos del cristianismo. “La elaboración dogmática de los grandes Concilios cristológicos y trinitarios es un paso definitivo hacia el afianzamiento dogmático” . La seguridad del dogma cristiano era un dato demasiado obvio para que floreciera la apologética.


Santo Tomás de Aquino en su eminente obra la Suma Teológica tiene algo que ver con lo que luego será la apologética o la teología fundamental. Luego, la llamada Reforma Protestante dio lugar   en la parte católica a una actitud de contrarreforma, es decir, nuevamente se pasa a defender la fe, por lo que esta poseía una vertiente apologética. Unos de los elementos de la teología protestante era la “Sola Scriptura”  dio lugar a un fuerte debate sobre el puesto de la tradición y en la transmisión de la fe y en la reflexión teológica. Se plantea así el problema de las fuentes de la teología o los lugares teológicos.

Con la reforma protestante la teología cristiana tiene que repensar nuevamente sus bases fundamentales y por lo tanto este nuevo pensar trae sus cambio, por lo tanto sus crisis que la llevara a redefinirse y a buscar su verdadera identidad. Con la llegada de la Edad Moderna llegan nuevos problemas para la teología. Junto a la reforma protestante del siglo XVI, de filiación cristiana, se añadirá en el siglo XVII el fenómeno de la ilustración y del ateísmo práctico, las cuales la razón tendrá un papel muy fundamental para este tipo de movimiento, puesto que esta ve a la religión como un impedimento para que el hombre pueda pensar y por lo tanto que no salga de su minoría de edad. En cuanto al ateísmo esta se plantea el problema de la existencia de Dios. Estos fenómenos combinados van a constituir las circunstancias históricas que dan origen a la nueva Apologética.        

La teología fundamental, por lo tanto, ha pasado por toda la historia del cristianismo con diferentes nombres como una manera de evolución para responder a los distintos momentos de la historia en que la teología cristiana ha tenido que dar razón de la fe. Como por ejemplo: apología, preámbulo de la fe, iglesia y tradición, apologética y su más reciente teología fundamental… con todos estos nombres se ha querido señalar a una misma disciplina y pone de relieve a un gran problema: “no es un simple problema de nombres; se trata de un problema o de una crisis de identidad de esta disciplina” . La crisis de lo nombres es, en definitiva, una falta de claridad sobre el objeto, el método y las tareas de la apologética o la teología fundamental.

El nombre que ha triunfado es el de teología fundamenta, y con ella a triunfado una cierta orientación. Con este nuevo nombre que recibe esta teología no ababa de resolver el problema de su identidad, problema que desde el principio hemos venido detallando y precisando. Por lo tanto sigue quedando un vacío de inseguridad acerca de su identidad, de su campo de estudio, su objeto específico y su método.

“La identidad de la teología fundamental ha de buscarse en relación con la antigua apologética y en orientación de la dogmática” . Por lo que ambas se van a interrelacionar.
El documento sobre La formación teológica de los futuros sacerdotes de la Congregación para la educación católica hace mucho énfasis en teología fundamental. Es la primera vez donde esta adquiere su propio status dentro de la teología. Se señala su contenido propio, su peculiaridad y los objetivos que busca .
 
Un sendero que recorrer

No es sencillo definir la identidad de la teología fundamental. Ante la pregunta: ¿Qué es la teología fundamental? Los expertos en la materia sientes el malestar de ofrecer una respuesta que sepa conjugar coherentemente las diversas articulaciones de la disciplina. Solo decir que estudia el acontecimiento de la revelación y su credibilidad, permite captar los dos pilares básicos, pero deja en la sombra la dimensión epistemológica que, con todo derecho, pertenece a la teología fundamental.

Definirla como la disciplina que constituye en su fundamentación  respecto a las otras ciencias, pone de relieve el carácter científico, hermenéutico o metódico de la disciplina, pero no dicen nada respecto a su valor en la referencia de la revelación. Caracterizar la teología fundamental como introducción al misterio de Cristo equivale a subrayar los aspectos que forman su perspectiva de diálogo y de frontera, pero no facilita el reconocimiento de su carácter propio como disciplina teológica .

Una respuesta a la pregunta sobre qué es la teología fundamental no es un dato totalmente adquirido y esto lleva consigo consecuencias que tienen un valor positivo y unos limites inevitables. Positivamente, una identificación no demasiada rígida de la teología fundamental puede permitir puede permitir una inserción en ella de problemas teológicos que surgen del carácter histórico de la teología y de su confrontación con la diversas situaciones culturales por las se sienten provocada o que ella misma provoca.    
   
Por lo que, se puede decir que varios de los temas que hoy llamamos “problemas fronterizos” , encuentran espacio para un análisis teológicos dentro de la teología fundamental.
En cuanto a su parte negativa, una identificación poco clara de la teología fundamental parece crear una especie de confusión, por así decirlo, sobre su colocación en el interior de la ciencia teológica, por tanto sobre su connotación teológica. Esto permite comprender de alguna manera por qué se puede confundir con mucha frecuencia a la teología fundamental con las diversas teodiceas, teología negativa o con una filosofía de la religión.  

Todo esto ha provocado un elemento muy negativo para la teología fundamental y es la fomentación de la fragmentariedad, es decir, una especie de fragmentación en cuanto a sus contenidos en las diversas materias teológicas con el grave peligro de que su metodología de análisis no sirva de puente comunicador para otros sectores intraeclesial de índole universal. “El teólogo fundamental podría correr el riesgo de caer en una especie de esquizofrenia, no tener certeza sobre su propia identidad epistémica sobre las metodologías que tiene que emplear”
. La incertidumbre sobre la identidad de la teología fundamental parece constituir unos de los puntos nucleares con el que se debe enfrentar esta materia y aquellos que quiera ser una teología a partir de esta.

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