Cuenta la fábula que una familia tenía un caballo ya bastante viejo. Un buen día (un mal día para el caballo) se cayó a un pozo. Al descubrir la familia la suerte que había corrido el animal, decidió enterrarlo allí mismo, sin tomarse la molestia de sacarlo. A fin de cuentas, era un caballo viejo y no resultaba muy rentable mantenerlo. Por otra parte, el pozo estaba seco y de nada servía más que de peligro para las personas que por allí transitaban. Así que llamaron a unos vecinos para que les ayudasen a echar tierra en el pozo. A medida que caían sobre el caballo las paladas de tierra, éste se sacudía el lomo para que resbalase y se fuese al fondo. La tierra que caía elevaba el nivel del firme. Poco a poco el caballo fue ascendiendo gracias a la tierra que se depositaba debajo de sus patas. Hasta que llegó al exterior y pudo salir trotando.
Está fabula nos deja una gran enseñanza y es que muchas veces debemos de pensar bien antes de apresurarnos para actuar o de tomar una decisión en nuestras vidas, puesto que tal vez no nos deje los resultados que nosotros queremos. Pero también, dicha fabula, nos enseña a no rendirnos ante la primera adversidad que se nos presenta en la vida, sino que debemos buscar siempre la mejor salida, aunque sea para un caballo viejo.
Siempre todo obra para bien y no hay mal que por bien no venga y al final el caballo se salvó. Ciertamente, en la vida debemos tomar algunas decisiones que no son fáciles pero debemos de tomarlas siempre y cuando sea la mejor para uno pero también para los demás. La estrategia del caballo" de Miguel Ángel Santos Guerra me deja esta gran sabiduría, la cual, es buena para poder compartirla con nuestros futuros alumnos. Los cuales se enfrentaran con el mundo real y deben ser capaces y tener las competencias adecuadas para poder tomar decisiones e sus vida y a también a no rendirse antes las dificultades que puedan enfrentar.
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