sábado, 1 de julio de 2017

Evangelización en Latinoamérica

Conquista y Colonia: En los primeros tiempos La Evangelización en Latinoamérica fue realizada principalmente por órdenes religiosas, con el apoyo de la corona española, en virtud del Patronato. Ello favoreció la rápida difusión de los centros evangelizadores pero al mismo tiempo, limitó la libertad de la iglesia. En 1495 los reyes Católicos ordenaron que pasasen misioneros a las tierras descubiertas. La isla española fue el sitio donde dominicos, franciscanos y mercedarios, ensayaron el modo más apropiado para desempeñar debidamente su misión, comenzaron por catequizar niños y luego a los adultos.

El Patronato: Cuando apenas España sabía de las Antillas y no había hecho pie en tierra firme, se plantaron a la iglesia todos los problemas básicos. Ante todo, el Patronato Regio. El Papa Julio II resistió tal concesión, pero ante la presión de no poder constituir la jerarquía eclesiástica en el nuevo mundo, tuvo que ceder en la Bula Universales Eccleciae de 1508. Lo que entonces era unas islitas, se proyectó sobre el nacimiento de América Latina prologó con el Patronato republicano y en algunos países casi hasta nuestros días. El papado no tendrá relaciones directa con la iglesia hasta después de consumada la independencia.
Métodos de Evangelización


Las Doctrinas: Estos se caracterizan por ser pequeños poblados que se formaban en torno de un rancho-capilla levantado por los misioneros, en el cual se agrupaban los nativos o los indígenas que iban aceptando la fe. Estas estaban a cargo de un doctrinero, que era el encargado de transmitirles los contenidos de fe a los indígenas. Este fue el método inicial de evangelización utilizada por los misioneros franciscanos.

Las Encomiendas: Desde un comienzo de la colonización se utilizó el método de las encomiendas. Descubierto y conquistado un territorio, se confeccionaban los planos y se fundaba una aldea con el nombre de ciudad. Las inmediaciones se repartían entre los conquistadores, siendo una de las principales obligaciones cuidar, defender y catequizar a los indios de su territorio.  
               
¿Qué significa la “evangelización” en tan conflictivo contexto?    
Las religiones autóctonas no eran más que artificios de Satanás para dificultar la conversión. Por consiguiente debían ser destruidas. La evangelización fue parte de todo el proceso, basado en la violencia. No se produjo encuentro alguno entre la fe cristiana y cultura autóctona. Lo que se produjo fue un choque cultural que desestructuró y hasta destruyó las culturas y sus religiones. El cristianismo fue impuesto mediante la dura violencia de las armas y del sometimiento por lo que los indígenas tenían que aceptar la fe cristiana. (Leonardo Boff. Quinientos Años de Evangelización. Pág. 21).

En el sentido estricto, los indígenas no fueron evangelizados. Los más que hubo fueron intentos fallidos de evangelización. Lo que se hizo con los indígenas fue incorporarlos e insertarlos por la fuerza en la totalidad romano-católica, sin dejarles en libertad para, a partir de sus tradiciones religiosas, aceptar o rechazar el mensaje cristiano o entablar con él un diálogo mutuamente fecundo. (Leonardo Boff. Quinientos Años de Evangelización. Pág. 23).

Las Leyes de Protección del Indio
Así, estalla en 1511 el célebre Sermón de Fray Montesino. Este integraba un grupo de Dominicos misioneros, muy influidos por Savonarola, y que había enviado Cayetano. El escándalo dio origen al primer intento de leyes de protección del indio. Y se proyectó pronto en la gran denuncia profética y nuevos planteos misioneros de Fray Bartolomé de las Casas. El cual en 1552 publicó su “Brevísima relación de la destrucción de las indias”, donde hace un espantoso y cargado relato de crueldad de los españoles que generan un holocausto sin fin de los indígenas.


Sermón de Montesinos
Breve fragmento del Sermón:
¿Es que acaso no son éstos personas? ¿Es que, frente a ellos, no tenemos que cumplir los mandamientos del amor y de la justicia? ¿No tenían éstos sus propias haciendas? ¿Nos han hecho algo acaso? ¿Es que no tenemos que predicarle el evangelio y esforzarnos cuidadosamente en su conversión?

LA BULA SUBLIMIS DEUS

La extraordinaria repercusión de estas polémicas llega hasta el Papa Pablo III que en su bula del 2 junio de 1537, Sublimis Deus dice:

Quienes deseando saciar su codicia maltratan como a los brutos animales que les sirven, a los indios occidentales y meridionales y a los otros pueblos de que en estos tiempo hemos tenido noticia. Nos, pues, atendiendo a que los indios son verdaderos hombres no solo capaces de la fe cristiana, sino que, según sabemos, acuden con prestezas a recibirla, así como todas las demás naciones de que en lo futuro tengan noticias los cristianos aunque se hallen fuera de la fe no están privados ni puede privárseles de libertad y de las posesión de sus cosas, antes por el contrario pueden usar y disfrutar libremente de su libertad y dominios y no se les debe reducir a esclavitud.  

Evangelización y Promoción Humana

La lucha concreta por reunir evangelización y promoción humana, tiene su arranque más importante en Vasco Quiroga con sus “pueblos hospitales” y colegios para indios inspirado en la utopía de Santo Tomas Moro en México. El pensamiento tomista consideraba que el hombre solo alcanzaba la posibilidad de su plenitud en la ciudad, en la polis. Había que “reducir” a los indios a la vida en población, que permitiera una promoción de vida que les asegurara una más completa compresión y realización de la vida evangélica. Había que sacarlo de su dispersión, reuniéndolos.

La dimensión religiosa de la cultura es de suma importancia para América Latina, porque según Puebla, la evangelización originó nuestras nacionalidades, decidió su formación, fue factor constituyente, les dio el “radical substrato católico”, selló el alma de América Latina marcando su identidad histórica y constituyéndose en matriz cultural del continente.

Nueva Evangelización
El Papa Juan Pablo II, hoy Santo, lanza un llamamiento para una “Nueva Evangelización” que no consiste en “reevangelizar”, como si nada se hubiera hecho antes o se hubiera evangelizado erróneamente; por habernos tocado el renacer en una nueva época de la historia de nuevas culturas, en la que, como sujetos históricos, los pueblos despiertan, la evangelización debe ser retomada con nuevo ardor, nuevos métodos y nueva expresión.

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