sábado, 15 de julio de 2017

Fenomenología del Hecho Religioso

En el fondo con este título nos referimos a la pregunta: ¿cuál es la dinámica que estructura el hecho religioso? La fenomenología es la que más abarca en el tema de la religión. En efecto, el punto de partida del hecho religioso es su existencia. Por su parte, la religión expresa en sí misma el ansia de trascendencia de la humanidad.

1. La religión como hecho humano, complejo y significativo

La religión es tan antigua como la propia humanidad. Los hechos determinan el estar ahí de la religión. Hacia el s. VI a.C. aparecen las grandes religiones: Oriente (hinduismo y budismo) y en Occidente (judaísmo, del que nacen el cristianismo y islamismo).
Tenemos que afirmar que, la religión constituye un factor que dinamiza la propia historia. 

No obstante, hay algo de ellas que es común en todas, por ello existe la fenomenología de la religión. Esto que es común en todas es lo que nos hace descubrir qué es lo que hace que sean religiones las diversas manifestaciones religiosas a las que se aplica el término. 


2. Lo Sagrado: Estructura y dinámica del hecho religioso

Para la fenomenología lo sagrado es un término o categoría descriptiva.
En todas las religiones existe un ambiente  común, que llamamos: lo sagrado o lo santo. Se trata de un concepto de R. Otto en una obra publicada en 1917: Lo santo. Con esta expresión quiere designar: “el orden de realidad en el que se inscriben todos los elementos que componen el hecho religioso”: Dios hombre, objetos, actos… Una religión será religiosa en la medida en que pueda ser introducida en el ámbito de lo sagrado. Lo sagrado es la aceptación de dos órdenes en una misma realidad, la realidad natural y realidad trascendente.

Para que algo sea sagrado debe ser considerado como tal por un sujeto. Lo sagrado se constituye por aquello que sale de lo ordinario, que se mueve en otro nivel.

3. Misterio

Para nuestra religión cristiana esa realidad que da carácter de sagrado es la referencia a Dios. El misterio es pues, una referencia, una categoría, a algo que nosotros atribuimos a Dios, es el misterio.

Misterio aquí se entiende como algo que nos supera, incluso para definirlo y describirlo. Es además, atmósfera con la que nos encontramos, vivimos en ella, somos en ella. Es algo que interiorizamos. El misterio se percibe como experiencia íntima, no como concepto.

Sentimientos que se despiertan en quien percibe el misterio, que acompañan a lo misterioso:
a. Tremendo: del lat. Tremere, que significa temer. Es un sentimiento de temor ante algo que nos supera. La persona se siente anonadada, intimidada, convertida en nada ante su grandiosidad.
b. Fascinante: Lo que fascina es lo que entusiasma, lo que es atractivo. Pero, a la vez, sobrecoge, aterra, atrae porque maravilla, entusiasma y arrastra. Produce un cierto temor, pero genera una cierta paz, una sensación de confianza, de ser acogido por algo o alguien en su grandeza.
Como consecuencia ante esos dos sentimientos el ser humano se considera pequeño, imperfecto, pecador, necesitado, pero confiado, puesto que es algo/alguien con lo/el que/quien se puede contar. Así se percibe su trascendencia, que no es lejanía, sino que se siente su presencia desde el misterio. Es el misterio quien se manifiesta y quiere hacerse notar. El viene a nuestro encuentro.
Finalmente, el misterio constituye una realidad determinante del ámbito de lo sagrado. Ese misterio tiene una relación constante con el hombre, sin la cual no surgirá el ámbito de lo sagrado.
4. Las hierofanías

Para que la relación con la trascendencia sea posible, son necesarias mediaciones, sin las que sería imposible la presencia del misterio en el orden humano, como percepción del hombre. En todas las religiones existen una serie de realidades mundanas que, sin dejar, de ser lo que son, sin perder su calidad de realidades mundanas, remiten al ser humano a la realidad invisible del Misterio. Esas mediaciones son las hierofanías, sinónimo de teofanías.

En todas las religiones existen las hierofaníasMirceaEliade dice que ellas son el objeto profano por medio del cual se manifiesta lo sagrado. En ellas lo sagrado se manifiesta por medio de objetos o seres que se convierten en otra cosa sin dejar de participar de su ambiente natural.

Decimos, pues, que las hierofanías son interpretadas como el conjunto de realidades de todo orden presentes en el mundo de las religiones y que coinciden en la función de hacer presente en el orden mundano, inmanente, una realidad de otro orden, Misterio.

En todas las hierofanías intervienen tres elementos: objeto natural, la realidad invisible y el objeto mediador revestido de sacralidad.

Algunas características:
a. Son un dato de experiencia
b. No son siempre las mismas
c. Se pueden agrupar en tres clases, dependiendo del lugar:
En la naturaleza: astros, tierra, fecundidad de la tierra.
En la historia: acontecimientos (ej. Matrimonio)
En el ser humano: y sus diversas actividades (ej. Bendición del sacerdote)
d. Dependen del estilo de vida de cada sociedad
e. No cambia la naturaleza de los objetos, les da una significación distinta: transignificación.
Algunas consecuencias de la presencia de las hierofanías:
a. El Misterio de encarna, de alguna manera se mundaniza. El Misterio toma la forma de lo asequible, lo supramundano, la figura de lo mundano.
b. Suponen la entrada del misterio en la historia del ser humano.
c. El ámbito de lo sagrado cristaliza en una magnitud social sometida a las leyes de la institucionalización.
d. Una cierta ambigüedad proveniente de la razón se impone a lo sagrado.
e. La presencia del misterio en unos objetos a su alcance hace que dispongamos del misterio y su servicio.

5. La actitud religiosa del hombre ante el Hecho Religioso.

Ante el misterio el hombre puede:
a. Negarla u oponerse a ella
b. Dejarse aplastar por ella (cuando se percibe el misterio como opresor, esclavizador)
c. Dar una respuesta religiosa (cuando se percibe como humanizador)
Para que exista el hecho religioso: El Misterio aparece, se encuentra con el sujeto y el sujeto le reconoce.  

Este reconocimiento se entiende como primera nota, con una actitud de éxtasis. El Misterio se muestra ante el sujeto como superior al resto de realidades humanas. Extasis es,pues, quedarse sorprendido ante una realidad.
Lo que le queda al ser humano es descentrarse de sí mismo, y entrar en una actitud de reconocimiento ante la superior dignidad, de la absoluta supremacía del Misterio. 
El primer momento del acto religioso, es el encuentro del sujeto con una realidad enteramente diferente que, en lugar de saciar sus deseos o responder a ellos, no aparece ante él precisamente mas que cuando ha trascendido esos deseos. El Misterio no es una realidad que se busque espontáneamente, sino una realidad (RECONOCIMIENTO). Una segunda respuesta es buscar en esa trascendencia la propia salvación.

G. van der Leeuw ha definido la salvación como: potencia vivida como bien. Decía también, que en la actitud religiosa el ser humano busca una realización total, última y definitiva que le procura una felicidad absolutamente perfecta.

Algunas mediaciones en las que se hace presente el misterio

Cuando hablamos de religiones, con lo que nos encontramos es con formas concretas que hacen referencia a lo que llamamos religioso: actitudes corporales, gestos, celebraciones. Todo esto son mediaciones del misterio. Ahora bien, ¿cómo relacionar la mediación con la actitud religiosa? RESPUESTA: existe la necesidad de que lo misterioso se objetive.
En lo religioso existen dos seres: el trascendente (misterio, dios), y el ser humano que tiene actitudes concretas ante este misterio. Si el misterio inunda al ser humano entero, ha de hacerse sentir en todas las dimensiones de él: corporales, en la soledad y convivencia, ante la naturaleza, estados de ánimo, etc. En este sentido, para conectar con el misterio ha de estar objetivado en realidades o gestos o palabras concretas, que son las mediaciones.
La idea religiosa de la salvación (Cuestión: Por qué el hombre se encuentra con el misterio?)
La mayoría de los estudiosos afirma que al sentimiento religioso va unido el sentimiento de necesidad de que alguien /algo intervenga para liberar al ser humano de diversos males. El misterio tiene un carácter salvífico. La salvación es entendida, pues, como una especie de necesidad interna, cuya respuesta el hombre encuentra en el misterio.

Algunas notas a tener en cuenta:
a. Necesidad de tener experiencia del mal
Experimentamos el mal en nuestro interior. Puede parecer como inevitable. 
En muchas religiones está presente la creencia de que el mal proviene de un ser superior maligno.
El sufrimiento por la frustración de los deseos es lo que desarrolla, la religión del budismo.
b. El cristianismo llama pecado a la presencia de ese mal en nuestro interior. Sería la tendencia a hacer lo que no se debe. Se trata de algo estructural, y no personal. Si el hombre se abre al misterio buscará en él la salvación, si se cierra a él o quiere superarlo se convierte en arreligioso. 
c. Frente a esa presencia del mal en el hombre, el hombre busca la salvación:
El interior del hombre cree que estamos llamados a la perfección. Se trata de transformarse en alguien que supera todo lo que le limita, buscando una transformación radical. Esa perfección, se entiende, ha de encontrarse en el misterio, y sólo en él.
Querer acudir al misterio para conseguir bienes, puede transformarse luego en actitud religiosa.
Martín Velasco: “El hombre necesita la intervención de un salvador. La salvación es fruto de la gracia”.
¿Cómo se institucionaliza una religión?
Algunos pasos:
a. El ser humano siente la necesidad de manifestar su relación con el misterio.
b. De aquí surgen las expresiones sagradas: oraciones, ritos…
c. Surgen los lugares sagrados
d. Surgen los tiempos sagrados
e. Se desarrolla una doctrina religiosa, intento de expresar racionalmente  lo que vive y lo que sabe del misterio: dogmas, teologías…
f. Se expresa la dimensión mística de la religión, que se manifiesta en momentos de éxtasis.
g. Surgen las sociedades religiosas, iglesias, sectas, diversos modos de comunidades religiosas.
h. Se institucionalizan las diversas religiones. (Lo primero con lo que nos encontramos es con una sociedad religiosa que espera que se asuman sus actitudes)
Vida religiosa y vida profana
Lo religioso impregna toda la actividad humana. Además, se entiende en clave de salvación. El ser humano que entra al mundo del misterio reacciona con las hierofanías o las diversas manifestaciones religiosas. Ahí surge el problema de la relación sagrado-profano. 
Algunas respuestas:
1. Lo religioso es un ámbito autónomo, pero también exclusivo. Lo religioso no debe intervenir en esa vida social, económica, científica… la religión es puro culto o creencias.
2. La actitud contraria es hacer que lo religioso sea la explicación de toda la existencia. Toda la diversidad de la vida humana, económico, artístico, político, cognoscitivo está movido por ello.
3. Una actitud intermedia: Cada dimensión es autónoma: profana y sagrada. Pero exige una articulación de ellas.

La orientación religiosa le presta al hombre una ayuda eficaz pues le ayuda a dotar la vida de sentido último. Revitaliza, además, los acontecimientos, las diversas realidades humanas, superando así no pocas frustraciones de la existencia.

 SINTESIS:
Lo religioso da una dimensión nueva más amplia a la actividad y al mismo ser humano. Le da una orientación última, que no pueda dar lo profano. En ella entra lo gratuito, lo mistérico, las realidades que trascienden el mundo de lo profano. Lo profano no puede suplirla, no tiene como objetivo esa orientación trascendente. Pero lo religioso no absorbe a lo profano, convive con ello, porque lo religioso no tiene porqué descender a los detalles puntuales del modo de organizar en profano la vida ni al progreso de los acontecimientos. Es evidente que como lo normal es que convivan en una misma sociedad diversas religiones, diversos modos de presentar esa orientación última, lo profano, las leyes civiles, no primen una religión frente a otras. Han de respectar a todas y éstas han de respetar el modo concreto de realizar en la sociedad y en la vida esa salvación, ese progreso del ser humano.

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