Reflexión del Día

Hace unos años la bebida de alcohol Johnnie Walker lanzó este interesante vídeo donde nos muestra un androide humanoide, por así decir, con características mejores que la de un humano totalmente normal. Dicho robot afirma lo siguiente: si crees que soy el futuro estás equivocado, lo eres tú. Si tuviera un deseo: desearía ser humano. Para saber cómo se siente sentir... y así continua dando su discurso… Y todo esto me hace reflexionar en la humanidad de nuestros días, es decir, de como de manera inconsciente e involuntaria nos estamos volviendo una especie de robot. En nuestro caso todo se ha invertido, ahora somos nosotros que queremos ser como el androide.

Todo esto se debe a la cultura que en nuestros días está predominando en nuestra sociedad y en el mundo entero que es la cultura de la técnica o de la tecnología. Cada día nuestro planeta se inclina a ser más tecnificado y por alguna razón estamos dejando de ser los seres humanos de antes. Donde lo más importante era mirarse a los ajos al tener una comunicación afectiva y efectiva; donde hoy en día por medio del celular podemos estar más cerca de aquellos que están lejos, y lejos de aquellos que verdaderamente están cerca. Pero la cuestión es que no podemos decir que esto sea malo o sea bueno, es decir, no podemos moralizarlo del lado negativo o en su totalidad del lado positivo. Será bueno o malo dependiendo de cómo usemos estos medios y en qué medida podamos concientizar a los demás para su buen uso.

Así pues, animo a reflexionar sobre esto para que así seamos mejores seres humanos y más que evolucionar hacía lo mejor involucionemos hacía lo peor. Quiero terminar citando las mismas palabras del androide del vídeo, las cuales dicen así: yo puedo alcanzar la inmortalidad si no dejo de funcionar, Tú puedes alcanzarla haciendo algo grandioso. Como seres humanos estamos llamados a realizar cosas verdaderamente grandiosas y hermosas en la que nuestras vidas tengan un gran sentido y significado. De nosotros depende dar ese giro hacía lo mejor.  

Por: Jhoan Manuel Valenzuela Rosado