En este análisis expondré el papel que debe jugar la materia de moral como una materia teología muy importante y que debe ofrecerse a la luz de la fe y bajo el Magisterio eclesiástico. Para esto partiré y me valdré del documento “optatam totius” del Vaticano II, el cual, explica lo que le debe corresponder a la materia de moral.
Una de las tareas de la teología fundamental en nuestro tiempo actual es la de legitimar un teoría ética sobre el establecimiento de valores y normas , que nos permita vivir y ser felices orientados siempre hacia Jesucristo que “nos llama a tener vida y vida en abundancia” .
Por lo que, la moral fundamental está llamada a actualizarse cada día y en cada circunstancia de la vida del ser humano. Buscando siempre respuestas que estén acordes y en línea con el pensar de nuestro tiempo. Así pues, el concilio Vaticano II invita a la moral a “perfeccionarse” a sí misma para responder las cuestiones éticas y morales que el mundo plantea, como por ejemplo: el tema de la sexualidad, temas bióticos, entre otros.
Ese perfeccionamiento que nos habla el concilio Vaticano II debe estar dirigido al mundo de una manera científica, es decir, sus argumentaciones y exposiciones debe ser detallada con métodos y pruebas que todo hombre y mujer pueda entender; esta a la vez debe estar empapada siempre de las Sagradas Escrituras como la voz de Dios que habla y camina con el ser humano; esta palabra de Dios se sintetiza o se hace vida con Cristo, centro de todo cristiano; cuando el cristiano asume todo esto debe dar frutos para la vida de todo el mundo .
Por lo tanto, estas cinco vertientes de la moral explicada por el concilio, deben ser la luz y el horizonte que de alguna manera guíen los pasos de la moral fundamental en nuestro mundo actual, para así poder buscar respuestas y soluciones a muchos temas que el cristiano tiene que vivir cada día.
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