Creencia: término que se usa más en los estudios sociales sobre la religión. La religión implica institucionalizar creencias y manifestarlas con los actos de culto. En el cristianismo se aplica el término esencial fe. La fe supone una implicación mayor que las creencias. La creencia se mueve en el ámbito de lo cognoscitivo, mientras que la fe supone una implicación mayor de la persona, alcanza su totalidad. En el campo de lo religioso, se cree en verdades, mientras se tiene fe en las personas. Las creencias están expresadas en el credo, la fe, en el caso del cristianismo, es en el Evangelio.
La religión: Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. Pero religión no es sólo creencias, su influjo se extiende, sobre todo, a las manifestaciones externas de esas creencias. Para no pocas religiones lo fundamental es el culto, lo que se conoce como el ámbito de lo cultural; las creencias motivan inmediatamente al culto. En la fe cristiana lo fundamental no es el culto, sino la vida.
La Religiosidad es algo propio a todo ser humano que se manifiesta de manera distinta, si bien está expuesta a ser aplastada por un proceso racional, discursivo, autosuficiente que entiende que fuera de lo empírico no hay nada.
La crisis de lo religioso y la religión
La llamada crisis de lo religioso se inicia con fuerza a partir de la Ilustración, se acentúa con el positivismo, el marxismo, la filosofía analítica y la postmodernidad. En ambientes más populares la crisis religiosa se produce con la autonomía y centralidad de lo humano, que aparece ya en el Renacimiento a costa del Dios medieval, el aburguesamiento, de la confianza plena en la ciencia y la técnica, el nacimiento del individualismo o con la percepción por parte de no pocos de la utilización de lo religioso para favorecer a los poderosos.
Hoy parece que existe una vuelta a la religión, pero no con las formas institucionalizadas. Se dan interiorizaciones, difusos misticismos, la nueva era… Se observa un interés por los sorprendente, lo mistérico, lo esotérico, un nuevo encantamiento de la Naturaleza.
El ateísmo no parece que avance. El gnosticismo, el no saber qué decir sobre Dios, ni siquiera si existe, parece tener un relieve mayor. Más frecuente es negar que exista siquiera el problema de Dios. El caso es que el sentimiento religioso ha pervivido a la muerte de los dioses.
La religión no es algo marginal a la persona humana. Como E. Durkheim había advertido, la religión no está llamada a desaparecer, sino a transformarse.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario