En este capitulo podemos ver como el autor comienza diciendo que, el hombre es esencialmente lo que él se hace, es decir, en su existencia en su día a día, éste es, de alguna manera, el primer principio del existencialismo. El ser humano es más que una mesa y una piedra, ya que, éste comienza por existir, es decir, que empiezan por ser algo que se lanza hacia el porvenir. Este “hacer” del individuo tiene que comenzar por lo que éste se haya proyectado ser, lo cual, tiene que tender a lo bueno, y al éste “Elegir” lo que quiera ser tiene que asumir con responsabilidad lo que haya decidido ser. Y para finalizar el autor afirma que cuando elegimos estamos eligiendo a todos lo hombres. Así pues, el autor quiere con todo lo dicho anteriormente dejar asentadas la base de su filosofía existencial, que surgió gracia a ese abandono del sujeto en sí que se estaba desfragmentando por tantas guerras.