Cristianos no Católicos, ¿Hermanos o Enemigos?

Todos los domingos recitamos el credo y decimos: “creo… que la Iglesia es Una”. No es fácil profesar este artículo de fe sabiendo que los cristianos no estamos unidos sino divididos. El movimiento que busca trabajar por la unidad de los cristianos se llama ecumenismo. En nuestro país, la pastoral del ecumenismo es casi inexistente por parte de la Iglesia católica. La unidad de los cristianos no puede seguir siendo un tema secundario, pues ésta es el deseo de Jesús para su Iglesia y es la garantía del auténtico testimonio cristiano: “Que todos sean uno… para que el mundo crea” (Jn 17, 14).

Cuando hablamos de los protestantes o evangélicos solemos pensar en aquellas personas que gritan “Cristo viene” ya sea en guaguas o parques. Incluso decimos “católico ignorante, futuro protestante”, como si ellos no tuviesen formación ninguna. Si mantenemos estos prejuicios será muy difícil que el ecumenismo sea una realidad. La verdad es que no todos los protestantes son iguales. Si nos acercamos a ellos, nos daremos cuenta que hay muchas iglesias dispuestas a tener un dialogo cordial y fraterno con la iglesia católica.



Debemos destacar un antecedente ecuménico muy significativo que lamentablemente no tuvo continuidad en el tiempo. En julio de 2011, con motivo del paro nacional varios líderes católicos y evangélicos celebraron una liturgia compartida en la cual denunciaban proféticamente los diferentes males sociales. Estos acontecimientos puntuales muestran que la unidad es posible. Las divisiones y las antiguas discusiones deben quedar en el pasado.

El Concilio Vaticano II nos enseña que fuera de la Iglesia católica se encuentran muchos elementos de la Iglesia de Cristo (cf. Lumen Gentium, 8b). Muchas veces los católicos decimos: “Ésta es la Iglesia que fundó Jesucristo”, e ignoramos que la Iglesia de Cristo también está presente en ambientes no católicos. Ser católicos no debe ser una excusa para alejarnos de los cristianos que no lo son, sino todo lo contrario. Debemos darnos cuenta de lo que una vez dijo Juan XXIII: “Es mucho más fuerte lo que nos une que lo que nos divide”.

La Pastoral del Ecumenismo busca que la unidad en Cristo que ya vivimos todos los creyentes crezca hasta convertirse en comunión plena. Esto no significa que el ecumenismo busque eliminar las diferencias (litúrgicas, pastorales, eclesiales, etc.) que hay entre nosotros, sino la unidad valorando esas diferencias. Para esto es necesario que los cristianos recibamos formación y comencemos a conocer el valioso patrimonio de los cristianos de otras denominaciones. Esta interacción amistosa de las iglesias puede darse entre individuos y grupos de diferentes confesiones, pero sobre todo debe orientarse hacia un proyecto orgánico de unidad cristiana.

Los agentes de pastoral ecuménica serán los primeros responsables en movilizar este proyecto de unidad cristiana. Este proyecto incluirá la oración por la unidad de todos los cristianos, pues la unidad de la Iglesia es un don de Dios y un fruto de la conversión. En el año, tenemos una semana dedicada mundialmente a este propósito (18-25 de enero), este espacio podría ser un buen comienzo para las iglesias dominicanas. La idea no es solo orar por la unidad sino orar juntos por la unidad.

Finalmente, llamo la atención sobre las iniciativas concretas. En nuestro país, algunas denominaciones cuentan con estructuras eclesiales a nivel nacional y regional. Esta realidad permite que exista un dialogo institucional, sin embargo la gran mayoría de los cristianos no católicos pertenecen a congregaciones estrictamente locales. Esto representa un reto para los cristianos que desde su parroquia quieren trabajar por la unidad. Los pequeños encuentros ecuménicos que celebremos en nuestras parroquias y comunidades serán la materia prima para que en Cristo
alcancemos la unidad de la Iglesia. Es nuestra responsabilidad: seguir viviendo como enemigos o transformarnos en verdaderos hermanos en Cristo para Republica Dominicana crea.